Solbes frenará el gasto no prioritario
Pedro Solbes envió dos mensajes a los mercados en su primera comparecencia ante el Congreso: el Gobierno no interferirá en las decisiones de las empresas y, en segundo lugar, aplicará el rigor presupuestario, talante compatible con el cumplimiento del programa electoral con el que el PSOE ganó las elecciones del 14 de marzo.
Pedro Solbes envió dos mensajes a los mercados en su primera comparecencia ante el Congreso: el Gobierno no interferirá en las decisiones de las empresas y, en segundo lugar, aplicará el rigor presupuestario, talante compatible con el cumplimiento del programa electoral con el que el PSOE ganó las elecciones del 14 de marzo.
'No habrá injerencia de los poderes públicos en las decisiones empresariales porque ello causaría perjuicios a medio y largo plazo. Defendemos la libertad económica dentro de la más estricta neutralidad', anticipó el vicepresidente económico.
Solbes quiso despejar también las dudas que suscita el cumplimiento de los compromisos de gasto ligados a la oferta electoral. En este contexto anunció que procederá a una reordenación del gasto público en los Presupuestos de 2005 sin necesidad de aumentar la presión fiscal. 'La disciplina presupuestaria', defendió, 'es la mejor forma de asegurar que el gasto social y la inversión pública sean sostenibles en el tiempo', afirmó. La revisión del gasto permitirá controlar el crecimiento de partidas que el Gobierno no considera prioritarias así como reducir los recursos que ahora se destinan a programas que no aportan mayor productividad a la economía, una de las obsesiones del nuevo Gobierno. La lucha contra el fraude fiscal, mantuvo Solbes, ayudará también el cumplimiento de las promesas electorales.
El principio del rigor presupuestario lo ha exigido ya por carta el vicepresidente a las comunidades autónomas, con las que tiene una cita el próximo día 20 en el Consejo de Política Fiscal, y a los ayuntamientos. El equilibrio presupuestario, recordó, viene impuesto por una ley vigente 'que hay que aplicar'.
Solbes adelantó que el Gobierno promoverá una reforma fiscal que, en lo sustancial, no cambiará el actual marco contributivo, aunque afectará al IRPF, para simplificarlo, y al Impuesto de Sociedades, para eliminar todas las deducciones que no fomentan ni inversión ni productividad, entre ellas las que existen para inversión y desarrollo. El cambio del Impuesto de Patrimonio y el de Sucesiones será negociado con las comunidades autónomas.
El Gobierno aprobará sin tardanza un amplio paquete de medidas liberalizadoras que afectarán a los mercados de bienes y servicios. Reforzará el Tribunal de Defensa de la Competencia desde el criterio de una mayor independencia, el Instituto de Contabilidad y Auditoría y también introducirá altas dosis de transparencia en la regulación de los seguros y de la previsión social complementaria. En este ámbito, Solbes se comprometió a impulsar desde el Ejecutivo los planes de pensiones de empresas.
Por último, el vicepresidente económico adelantó que implantará una base de datos nacional para controlar las subvenciones públicas.
Escepticismo en el PP ante las promesas de gasto
El portavoz del PP en la comisión de Economía, Miguel Arias Cañete, cuestionó ayer el futuro cumplimiento de los objetivos sociales comprometidos en el programa del PSOE teniendo en cuenta que el Gobierno niega la posibilidad de aumentar los impuestos.Según sus cálculos, las promesas más relevantes del PSOE en el capítulo social comportan, como mínimo, un gasto de 23.000 millones de euros, es decir tres puntos del Producto Interior Bruto. Arias Cañete no concibe como el Gobierno va a encarar estas promesas sólo con la reordenación del gasto público y la lucha contra el fraude fiscal que, en cualquier caso, tendría un carácter transitorio en cuanto a sus efectos presupuestarios.El portavoz del PNV, Pedro Azpiazu, pidió a Solbes que derogara la ley de estabilidad presupuestaria y le sugirió que trabaje en favor de la incorporación de los nacionalistas vascos a instituciones económicas como la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, el Consejo del Banco de España o la Comisión Nacional de la Energía. 'El PNV trabajará en favor de la relación fluida entre el Gobierno central y el Gobierno vasco', mantuvo Azpiazu, quien se mostró partidario de solucionar de forma dialogada el contencioso sobre el cupo que enfrenta a los dos Ejecutivos.CiU ofreció a Solbes un acuerdo nacional para mejorar la financiación sanitaria, similar al pacto vigente sobre el futuro de las pensiones. El vicepresidente tendió su mano al acuerdo.El portavoz de Esquerra Republicana, Joan Puigcercos, pidió a Solbes que descentralice los principales órganos reguladores del Estado y promueva un plan de reconversión del sector turístico que tenga en cuenta a Cataluña.
Infraestructuras Oposición al 'modelo alemán'
El rigor presupuestario implica también, aseguró Solbes, una inversión pública transparente en infraestructuras. En este contexto, mostró su rechazo al conocido como 'modelo alemán', a través del cual el anterior Gobierno del PP ha financiado multitud de proyectos mediante pago aplazado que no contabiliza como déficit.Los salarios deben estar cada vez más ligados a las productividad, defendió el vicepresidente económico, quien expuso que el nuevo modelo de crecimiento que promoverá el Ejecutivo hará compatible el aumento de la productividad con el crecimiento del empleo.El Gobierno no está ni a favor ni en contra de las privatizaciones, señaló Solbes, aunque aclaró a los grupos parlamentarios que sólo deben conservarse las 'empresas públicas estrictamente necesarias'.