Ono incumple el objetivo de beneficios y ventas del anterior plan para salir a Bolsa
Ha pasado mucho tiempo desde la cancelación de la salida a Bolsa de Ono. Tanto, que el plazo de las previsiones de resultados que dio a la CNMV ya ha transcurrido. Tomando como referencia aquellos datos, la operadora supera la prueba del Ebitda, pero incumple las de ingresos y beneficios.
La cancelación de la salida a Bolsa de Ono en 2000 fue totalmente sobrevenida, hasta el punto de que se decidió sólo dos días antes de que las acciones empezaran a cotizar. Por ello, la operadora tuvo tiempo de realizar todas las fases del proceso de colocación, incluida la formulación de previsiones ante la CNMV, contenidas en el folleto llamado a explicar a analistas e inversiones qué era Ono y cuáles eran sus expectativas.
El objetivo de estas promesas es doble. Por una parte, es una forma de dar una fotografía a futuro para que los inversores se hagan una idea de lo que están comprando. Ono decidió fijar esa imagen en dos plazos, 2003 y 2005. Por otro lado, las previsiones también marcaban los hitos de la compañía, es decir, su entrada en rentabilidad operativa o el logro de beneficios.
Tres años y medio después de hacer esas previsiones, Ono ha decidido retomar los planes de salida a Bolsa, justo cuando parte de los plazos fijados se han superado. Y el grado de cumplimiento ha ido de más a menos.
La operadora de cable comenzó su andadura no sólo cumpliendo sino incluso adelantándose a las promesas. Eso fue lo que sucedió con el Ebitda positivo, que se alcanzó seis meses antes de lo anunciado. A partir de ahí, sin embargo, ha venido el incumplimiento en el resto de los compromisos financieros.
Dos escenarios
Ono predijo un crecimiento anual compuesto de los ingresos del 177% al 193% hasta 2003. La primera de estas cifras se calculó sobre la base de un escenario conservador, según la información remitida en septiembre de 2000 a la CNMV, y la segunda con uno más optimista.
Los propios financieros de Ono calcularon cuántos millones de euros de ingresos representarían estos crecimientos. La conclusión fue que en 2003 la empresa debía facturar entre 400 y 500 millones. La realidad ha desmentido la previsión. 2003 ya se ha cerrado y los ingresos se han situado en 358,6 millones, 41 millones por debajo del escenario más conservador.
Tampoco los beneficios netos llevan camino de cumplirse. Ono fijó el punto de equilibrio en 2005, pero ahora ha retrasado la obtención de números negros a 2007. Lo mismo sucede con el cash flow positivo, que se ha pospuesto un año.
La empresa justifica estos resultados en el hecho de que finalmente no se salió a Bolsa y que 'precisamente por eso, la situación, los recursos, y el plan de negocios de la compañía tuvieron que cambiarse', explica una portavoz.
A pesar de los cambios en el plan de negocio, son sólo los resultados financieros los que se han incumplido, porque los operativos -cuya obtención está totalmente en manos de la compañía- han seguido el camino marcado. Así, las inversiones acumuladas desde 2000 están en la parte baja de la horquilla prevista y los hogares pasados con cable cumplen las previsiones.
Colocación
Ono canceló su salida a Bolsa el 17 de octubre de 2000 y en ese momento lo definió como una 'posposición'. Ahora, ha decidido volver a intentarlo. Si todo sale bien, estará en el mercado en algún momento de 2005, cinco años después del aplazamiento.