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Plusvalías

Las cajas duplican las plusvalías latentes de sus inversiones en Bolsa

Las cajas siguen fortaleciendo su cartera de participaciones gracias a las de renta variable. Y con buenas garantías. Hasta enero, las plusvalías latentes de estas inversiones crecieron un 102%, hasta 8.083 millones. Sólo de diciembre a enero han aumentado un 7,7% por el tirón de las participaciones estratégicas.

La cartera de participaciones de las cajas sigue ganando peso y aumentando el colchón de plusvalías latentes. Es la inversión en renta variable, pese a que sólo supone el 27% del total, la que está haciendo posible este crecimiento. Así, las plusvalías no realizadas en este apartado se duplicaron hasta 8.083 millones, según los últimos datos interanuales de enero de todo el sector.

Sólo en un mes, de diciembre a enero, aumentaron 581 millones, un 7,7% más. El tirón se explica por la recuperación de las Bolsas que comenzó el año pasado tras tres ejercicios de bache. Durante este periodo el colchón que suponen las plusvalías (útil para financiar imprevistos y nuevos proyectos) han llegado a caer un 25%.

Pero, por otro lado, las cajas han acelerado sus inversiones en empresas en los últimos años, un campo que les han ido dejando libre los bancos. En enero la inversión en participaciones estratégicas (por encima del 3% en empresas que cotizan y del 20% si no están en Bolsa) creció un 4,63%.

Las plusvalías no realizadas de la cartera estable crecieron un 8% sólo en el mes de enero

Sólo en el mes de enero, y como una pequeña muestra, las seis cajas de Castilla y León decidieron comprar un 1% de Iberdrola por 225 millones. Mientras que Unicaja, Caixanova, Caja Murcia y Caja Ávila aumentaron su participación en la promotora inmobiliaria Sacyr Vallehermoso. Invirtieron 5,96 millones en comprar en Bolsa un 0,195% hasta alcanzar el 6,2% del capital.

Gracias a la mejora de las Bolsas, las participaciones estables aumentaron las plusvalías latentes un 8% entre diciembre a enero. Con respecto a un año antes, se duplicaron (ver cuadro adjunto). Mientras, las correspondientes a la cartera de negociación a corto plazo aumentaron un 63,87%.

Estos incrementos en renta variable impulsaron un 44,64% las plusvalías latentes de la cartera total de las cajas, que ya acumulan 10.183 millones de euros. Fue un crecimiento similar al experimentado al cierre del año pasado, cuando aumentaron un 44,97%.

Como reflejo de la mejor marcha de la renta variable, las minusvalías siguieron reduciéndose. En enero, cayeron un 25,82%.

El valor contable de todas las participaciones (en renta variable y fija) se situó en 101.031 millones, con un alza del 4,02%. La cartera aún sigue teniendo un peso conservador en el que la renta fija representa un 73%.

En renta fija, la evolución se vio afectada por el entorno de bajos tipos de interés (en el 2%) con rentabilidades también en mínimos. Así, las plusvalías latentes disminuyeron un 30,8% y se situaron en 2.100 millones (frente a los 3.033 millones de enero de 2003). Más de la mitad de esta cartera se coloca en deuda de administraciones públicas (un total de 49.505 millones).

El firme relevo de los bancos

En los dos últimos años los dos grandes bancos, SCH y BBVA, han hecho importantes desinversiones tras dar un giro a su política de cartera industrial. Lo que antes era participación estratégica se ha convertido, en la mayoría de los casos, en 'financiera', es decir, susceptible de ser vendida para hacer caja.A lo largo del año pasado, el BBVA vendió un 1,54% de Telefónica, un 0,42% de Iberdrola, un 2,2% de Gas Natural y el 0,47% de Endesa. Ingresó por estas operaciones 1.400 millones. Mientras, el Santander ha vendido, entre otras participaciones, el 24,5% de su filial mexicana Serfin, por lo que obtuvo plusvalías de 681 millones y el 4% de Shinsei Bank (109 millones).Ante este movimiento, las cajas han reaccionado con el paso contrario aumentando posiciones en empresas, con La Caixa a la cabeza en cartera industrial. Empresas como Iberdrola han buscado el respaldo de las cajas para recomponer su accionariado. Y la tendencia de las entidades a situarse como accionistas de peso parece que sigue al alza. Falta por ver cómo afectará la nuevas normas de contabilidad.

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