La creación de empresas crece el 47,5%
La creación de empresas aumenta en España a buen ritmo. De hecho, durante el año pasado creció un 47,5% respecto a 2002, según los datos de la última edición del informe Global Entrepreneurship Monitor, elaborado por expertos del Instituto de Empresa.
Los resultados del informe señalan una recuperación de los indicadores de actividad empresarial. Un hecho que ha impulsado que el número de emprendedores en España se haya incrementado en medio millón de personas hasta alcanzar 1,7 millones de empresarios.
Según el estudio, que se realiza entre 31 países, España cuenta con un índice total de actividad emprendedora del 6,77%, entendido como porcentaje de la población adulta (entre 18 y 64 años) involucrada en la creación empresarial. Esta cifra es similar a la de países como Reino Unido, Finlandia y Dinamarca, aunque es inferior a la de Alemania, Bélgica, Holanda, Irlanda o Italia.
El perfil de los emprendedores españoles comienza a cambiar. La edad media ha disminuido, en especial entre las mujeres, y el nivel medio de estudios también es más alto. El 90% de las empresas se crean en España por razones de oportunidad de negocio y sólo el 10% surgen por necesidad, lo que según los autores del estudio confirma la situación de desarrollo de la economía española.
El informe destaca que las nuevas empresas generan un 3,8% del empleo actual en España, una cifra similar a la del resto de los países de la UE.
Sin embargo, los expertos señalan la existencia de un problema que se repite en el caso español. La tasa de creación de empresas es adecuada, pero el mantenimiento y crecimiento de éstas es deficiente. Además, en cuanto al número de empleados, el estudio indica que el 79% de los negocios españoles cuentan con dos o menos de dos empleados en plantilla.
Respecto a la inversión, más de la mitad de los emprendedores ponen de su bolsillo el 100% del capital inicial. Pero muchos de ellos también reciben dinero por otros medios. El más frecuente es la inversión informal, que en España supera de forma espectacular la invertida por las compañías de capital riesgo.
El inversor informal español es preferentemente hombre, de 41 años, y al que le une algún parentesco con el emprendedor al que financia.