La SEPI aparca el bisturí en Izar hasta el dictamen de la UE sobre las ayudas
La pelota que marcará el futuro de Izar se ha trasladado al tejado de la Unión Europea (UE). El nuevo equipo de gobierno de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) anunció ayer a los sindicatos que no adoptará ninguna medida sobre la viabilidad de los astilleros públicos, que controla al 100%, hasta que la UE haga público mañana su dictamen sobre unas ayudas de más de 350 millones a Izar consideradas ilegales.
La bomba de achique que salve al grupo público de construcción naval de su situación de crisis está prevista que entre a funcionar una vez se conozca la resolución de la Unión Europea. Un dictamen negativo de la UE, tal y como está previsto y anunciado, lastraría, casi definitivamente, el balance de Izar cuyos recursos propios se ha reducido considerablemente estos últimos años como consecuencia de las pérdidas acumuladas.
El esquema de empresa presentado ayer por Enrique Martínez Robles, nuevo presidente de SEPI, a las centrales sindicales con representación en Izar, fue poco alentador, más bien sombrío, según aseguran fuentes cercanas a la negociación.
Así, Martínez Robles abogó por recomponer unas relaciones laborales, rotas por la actitud de los sindicatos, la coyuntura del mercado y el anterior equipo directivo de la SEPI, y que permitan conseguir un convenio que dibuje una compañía con futuro. Eso sí, siempre pendiente de Bruselas.
Un pacto entre SEPI y sindicatos aceleraría la puesta en marcha de un expediente de regulación en la mayoría de sus astilleros civiles cuya carga de trabajo es inexistente, en algunos casos, y en otros, languidece. Entre tanto no se han conseguido nuevos contratos de construcción desde hace casi dos años, a pesar de que Izar negocia la fabricación de varios buques gaseros.