El universo daliniano en ópera
Tildado de locura o genialidad, el espíritu creador de Dalí también irrumpirá en los escenarios en el año que se conmemora el centenario de su nacimiento. Etre Dieu, la ópera que el polifacético artista catalán ideó en los años veinte junto con Federico García Lorca, saldrá el próximo octubre a escena. Un proyecto no exento de dificultades durante las más de siete décadas que han sido necesarias para que viera la luz. El más significativo, la muerte de Lorca en la Guerra Civil, que conllevó la suspensión del proyecto hasta 1972.
Ese mismo año, Manuel Vázquez Montalbán fue escogido por Dalí para finalizar el libreto de la ópera, cuyas primeras páginas escribió con Lorca en Madrid. El proyecto recibe un nuevo impulso en 1974, después de que Dalí realizara una grabación de su voz explicando el contenido de la obra y de la soprano Eve Brenner interpretando algunas secuencias de la ópera.
La enfermedad de la compañera y musa de Dalí, Gala, poco después, vuelve a paralizar el proyecto. En 1985, el productor yugoslavo Dragan Matic, promotor de espectáculos de Nina Simone o The Platters, entre otros, se hace con los derechos de reproducción de la ópera y empieza a buscar los personajes idóneos para encarnar a los protagonistas principales, Dalí y Gala, y a los compositores de la música. Etre Dieu pretende explicar la visión que Dalí tenía del mundo.
Para lograrlo, Matic cuenta con un presupuesto de 8,4 millones de euros que servirán para proyectar en escena el universo del pintor, donde estarán representados iconos surrealistas, como relojes o pies y obsesiones de Dalí, como el paso del tiempo. La ópera transcurre principalmente en un doble escenario que representa el taller de Dalí en Figueras.
Etre Dieu también da testimonio de sus desavenencias con André Breton. Aunque ambos eran surrealistas no compartían los mismos postulados. Uno de los actos de la obra representa a Breton juzgando al pintor. La ópera finaliza cuando Gala aparece desde el cielo y rescata a Dalí del juicio.
Un recinto creado para la ocasión en la Anilla Olímpica de Montjuïc en Barcelona acogerá las representaciones.