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CincoSentidos

Cristales contra los guerreros ultravioleta

Cefaleas y mareos son algunos de los síntomas que puede provocar a corto plazo la mala calidad de las gafas de sol, aunque en un tiempo más largo esas manifestaciones llegarían a convertirse en conjuntivitis, quemaduras, cataratas u otras deformaciones de los ojos si se persiste en la inadecuada utilización de las lentes. 'Utilizar gafas de sol tiene que basarse en un objetivo similar al uso de cremas solares: la protección contra los rayos ultravioleta', señala Mercé Basurto, de Indo. Incluso añade que las gafas de sol inadecuadas (con un filtro que no controle bien las radiaciones ultravioleta) 'pueden ser más perjudiciales que la no utilización'.

La pupila, que regula la introducción de luz al ojo, aumenta o disminuye en función de su intensidad. Pero, si la entrada luminosa se camufla por los colores oscuros de una lente, sin que filtre las radiaciones nocivas, el diafragma ocular (pupila) mantiene su diámetro, por lo que el ojo permanece totalmente expuesto a la luz.

'La cornea -añade- es piel y hay que tratarla al menos exactamente con el mismo cuidado'. En este sentido, añade que también en ella se acumulan a lo largo de la vida los excesos de sol de forma similar a la epidermis. Por ello aconseja adquirir gafas controladas y homologadas, más que perseguir únicamente estética o diseños de moda.

Los rayos ultravioleta (cuya longitud de onda es menor que el color violeta) forman parte de las radiaciones invisibles que van unidas a la luz que llega a la Tierra. Y se dividen en tres categorías, una de las cuales, la llamada B o de onda media, es la más peligrosa para las seres vivos. Contra ella, éstos han desarrollado diversos mecanismos de protección, desde las plumas a los pigmentos en la piel.

Entornos con riesgo

Pero no en todos los entornos son igual de peligrosos. Más que una ciudad con 4o grados a la sombra o incluso una playa mediterránea en pleno verano, los expertos recomiendan cuidar las radiaciones nocivas en la nieve y en la montaña.

No obstante, según una encuesta de General âptica, la utilización de gafas de sol no está necesariamente unida a la necesidad y a su uso adecuado. Pese a la elevada exposición al sol que se da en España, sólo las usan el 37,5% de los ciudadanos, mientras que el porcentaje más elevado corresponde a los jóvenes entre 15 a 24 años (un 50%) y entre 25 a 34 años (un 53%). Tan sólo el 4% de la población utiliza gafa de sol graduadas, pese a que casi el 50% de la población utiliza lentes correctivas de su visión.

Colores y filtros para cada ocasión

l Filtro fotocromático. Cambian de color en función de la luz. Se aconsejan para las salidas continuas de interiores a exteriores.l Filtro espejeado. Ofrecen más protección respecto a los rayos UVA, lo que las hacen las más idóneas para el esquí.l Filtro polarizado. Las más adecuadas para el ejercicio de los deportes acuáticos, como la pesca, ya que neutralizan los reflejos en superficies como el agua. Minimizan los deslumbramientos.l Color verde. Es el que permite la percepción de la luz, con reducción de su intensidad, y los colores, pero con menos alteraciones.l Color amarillo. Más idóneo para las jornadas con niebla, aunque no se aconsejan (especialmente para conducir) en días soleados.l Color marrón. Entre sus ventajas está el incremento del contraste y de la profundidad en la naturaleza, por lo que está más recomendado para los deportes al aire libre.l Color gris. Es el más aconsejable para conducir. Transmite la luz de forma bastante uniforme.

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