Las firmas del Ibex 35 logran sortear las salvedades contables
El discurso del buen gobierno ha calado hondo, por lo menos entre las grandes empresas españolas. Las compañías del Ibex 35 que han publicado sus informes anuales han pasado el año con el visto bueno del auditor, que no les ha puesto ni una sola salvedad.
Pleno. Todas las auditorías de empresas del Ibex 35 de 2003 registradas en la CNMV llevan consigo una opinión limpia del auditor. El presidente de la comisión, Blas Calzada, ha insistido en la importancia de que las compañías presenten cuentas sin salvedades y hasta ha ejemplarizado con la propuesta de excluir de Bolsa a una firma (Avánzit) cuyos gestores se desentendían de las cifras publicadas.
Los tiempos en que había salvedades que se consideraban positivas han quedado atrás y la ola de normas en favor de la transparencia y el buen gobierno que ha seguido a escándalos como Enron o Parmalat parece haber dejado claro a los gestores que lo mejor es cumplir a rajatabla los principios contables.
En el registro de auditorías de la CNMV la proporción de informes con salvedades ha descendido drásticamente y las empresas del Ibex son el mejor ejemplo de ello. En 2001 hubo 11 sociedades con salvedades, al año siguiente fueron cinco y en 2003 por ahora no hay ninguna, y ya van 25 informes registrados.
En este proceso no sólo ha entrado en juego la desaparición de factores coyunturales, como la crisis argentina y las incertidumbres que sembró en empresas que no podían hacer nada por evitarlo, sino también un cambio en la forma de hacer las cosas. Telefónica, por ejemplo, cargó contra reservas el ERE de 1998 sin importarle la salvedad. En 2003 ha vuelto a recortar plantilla y lo ha pasado por resultados.
La busca del favor de los auditores no se ha quedado sólo en el Ibex. En lo que va de año se han registrado 115 auditorías en la CNMV y sólo siete de las referidas a 2003 -un 6%- tienen salvedades. De las cuestionadas, además, cuatro no cotizan y de las tres que están en Bolsa la más importante es la incertidumbre irremediable de Antena 3 por el laudo de Onda Cero.
Atentos a
La nueva contabilidad puede poner fin a la tendencia a la baja de la factura que pagan las empresas a los auditores. Este año se abre una nueva oportunidad de negocio para las firmas de auditoría, que tendrán que supervisar la adaptación de las compañías.
Más cobertura contra casos como Parmalat
Las empresas no son las únicas que dan una importancia creciente a que las cuentas anuales reflejen fiablemente el patrimonio y la situación financiera de la empresa. Los propios auditores son los primeros que han extremado sus cautelas para evitar verse arrastrados por escándalos como los de Enron o Parmalat.En los informes de auditoría sobre las cuentas de 2003 se aprecia una creciente tendencia de los auditores a desmarcarse de la parte del balance que ha sido revisada por otras firmas, particularmente en lo que se refiere a empresas dependientes o asociadas.Deloitte & Touche es la firma que con mayor frecuencia recurre a esas cláusulas de salvaguarda o limitaciones al alcance en las cuentas de 2003. Curiosamente, la imagen de Deloitte se ha visto dañada por tratarse de la firma auditora de Parmalat. Los mayores agujeros en la contabilidad de la empresa, sin embargo, se encontraban en filiales en otros países -paraísos fiscales incluidos- auditadas por Grand Thorton.En algún caso, como el de Acciona, la parte de los activos que cae fuera del paraguas del auditor principal se acerca a la mitad del balance. Por poner otros ejemplos, en Endesa quedan fuera el 14% de los activos y en Repsol, el 7%.
Las grandes compañías recortan la factura de sus auditores
Las grandes empresas han dado un paso al frente en 2003 para reducir el negocio que hacen con sus auditores, en un doble intento de recortar gastos y adaptarse a las mejores prácticas de buen gobierno. El resultado ha sido una rebaja del 10% en la factura, que deja el total de honorarios pagados por las 24 principales firmas en 111,5 millones.El ejemplo, además, ha venido por las más grandes, porque han sido Telefónica, el banco Santander y el BBVA las que más se han aplicado a la rebaja. También es significativo dónde se ha producido el recorte. Puesto que la tarea primordial del auditor es vigilar las cuentas, es el negocio inducido el que puede poner en duda la independencia de los controladores y aquí es precisamente donde más se ha echado el freno.Así lo ha hecho Telefónica. La auditoría de sus cuentas le salió más cara el año pasado que en 2002, pero ha rebajado drásticamente la factura de los trabajos adicionales, sobre todo de consultoría, que encargó a sus auditores. Así, el pago total de la empresa del Ibex 35 que más remunera a sus auditores se reduce un 21%.Los dos grandes bancos han contribuido con fuerza al recorte de la factura, sobre todo el BBVA, que la reduce casi un tercio.El comportamiento de las eléctricas, sin embargo, no es uniforme. Iberdrola se ha apretado el cinturón, pero Endesa -por Enersis y el coste de la adaptación a nuevas normas- y Fenosa han elevado el gasto.En el capítulo de las subidas llama la atención Ferrovial, aunque el alza del 165% está explicada por las compras de Cespa y Amey.