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CincoSentidos

Dosis extra de prestigio

La clase C de Mercedes, la más vendida de la marca alemana con cerca de un 40% del total, se estructura en torno a un triplete de carrocerías -berlina de cuatro puertas, familiar y sportcoupé-, combinadas con un total de 10 mecánicas, cuatro de ellas animadas por gasóleo, o CDI. Para la temporada 2004, y una vez que estos modelos han cubierto aproximadamente la mitad de su ciclo comercial, la clase C se beneficia al completo de una serie de cambios estéticos y mecánicos, que en unos casos pueden ser más sutiles que en otros, pero que en todos permiten mayor grado de prestancia y exclusividad.

En concreto, y desde una perspectiva estética, varían las ópticas delanteras, ahora recubiertas por una pantalla transparente y, de forma opcional, con tecnología bixenón y sistema de orientación adaptable a las curvas en plena marcha y los paragolpes frontal y posterior. El primero comprende, además, una nueva toma de aire inferior, que permite un aspecto más dinámico.

Por lo que respecta a la pintura metalizada, disfruta ahora de una sofisticada tecnología de nanopartículas que, según afirma la marca, permite una resistencia a roces y ralladuras netamente superior. También cambia el diseño de llantas y molduras de protección.

En el habitáculo, la clase C se beneficia de nuevos asientos pero, sobre todo, de un salpicadero inédito. Al respecto, y más allá de su silueta, monta mandos y pulsadores de última hornada, además de un sofisticado climatizador, denominado Thermatic -e inspirado en el de las clases E y SL-, que resulta más eficaz por los sensores de temperatura, humedad y olor que incorpora.

De igual modo, cambia parte de la instrumentación -pantalla digital- y el diseño del volante, más deportivo.

Mecánicamente, la clase C modifica el ancho de vías, aunque de forma muy ligera, en las versiones con llanta de 15 pulgadas. Asimismo, el sistema de servoasistencia de la dirección ha sido recalibrado, como la suspensión. Una y otra modificación ganan enteros en precisión y comportamiento, un punto más deportivo que hasta la fecha. Mayores, y mejores, son aún los cambios en motores.

Por lo pronto, el turbodiésel C 220 CDI incrementa rendimiento desde 143 hasta 150 CV, acordes con un automóvil de esta categoría y, en todo caso, consecuentes con los valores que declara buena parte de la competencia directa, sobre todo germana. A este propulsor se suman dos novedades de peso en gasolina. Una es el C 230 K, de cuatro cilindros y compresor mecánico, que eroga 192 CV y un par máximo de 160 Nm; sus prestaciones son muy deportivas.

Junto a él, un excitante C 55 AMG, impulsado por la mecánica Compresor V8 de 367 CV, que mueve al CLK de idéntica denominación. Se trata de una mecánica desarrollada por la división deportiva del grupo DaimlerChrysler, AMG, que sustituye a la anterior de seis cilindros en V de 354 CV -C 32 AMG-.

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