Burbuja o descarrilamiento
Los inversores más aprensivos ya no temen la sombra de la deflación. Creen haberla dejado atrás, a un lado del camino y tras haberla esquivado por poco. Los datos económicos de Estados Unidos parecen sustentar esta hipótesis, así como la postura de Alan Greenspan, que al fin parece adoptar un discurso mínimamente coherente con las reglas de la economía.
Cada vez más analistas se atreven a afirmar que la economía de Estados Unidos rueda, marcha o cualquier otro verbo que indique un movimiento no inducido, sino -por fin- mínimamente autónomo. Y que, por lo tanto, no necesita de estímulos externos como tipos de interés o déficit presupuestario. De ahí que la preocupación 'oficial' del mercado sea ahora la subida de los tipos de interés en Estados Unidos.
Hay otra preocupación. Extraoficial, de ésas que se suelen comentar en las comidas de negocios y no en las ruedas de prensa. Es la posibilidad de una burbuja financiera, un peligro más cercano que el de un descarrilamiento general. Algunos analistas, con todo, ya se lanzan a la arena con la verdad por delante. 'Mientras los tipos de interés se mantengan bajos y la economía mundial se mantenga en crecimiento es del 4%, el riesgo es la sobrevaloración de las acciones y no la evaporación del precio de los activos'. Es un informe de esta misma semana de Morgan Stanley.
La entidad va más allá, y advierte que, en caso de concretarse este riesgo, sería de forma repentina, dada la débil capacidad previsora del mercado en estos momentos: 'Como en 1987, los inversores esperarán a ser golpeados en la cara en lugar de comprobar antes la situación'. Los posibles desencadenantes de las caídas serían, por otra parte, los habituales en los informes de estrategia: subidas de tipos de interés, desestabilización en los mercados de renta fija y perspectivas de enfriamiento económico en EE UU en 2005 fruto del resultado electoral de noviembre.
Paradójicamente, las perspectivas de que suban los tipos de interés en Estados Unidos han de ser bien recibidas también por esta razón, además de por lo que significan. En la medida en que Greenspan sea capaz de trasladar al mercado el futuro de la política monetaria, los sustos serán más llevaderos.