El tercer Discovery de Land Rover
Aunque en su momento fue un buen todoterreno, el tiempo, y sobre todo la evolución de la competencia, habían dejado fuera de juego al 4x4 intermedio de Land Rover. Por ello, sus responsables han hecho tabla rasa y han diseñado un vehículo desde cero que no renuncia a una buena dosis genética. A partir de mayo se aceptarán pedidos del nuevo modelo con un precio a partir de 43.000 euros.
De momento, su plataforma, denominada internamente T5, es nueva, con mayor distancia entre ejes pero idéntica longitud de carrocería: 4,70 metros. Ya no recurre a un bastidor sobre vigas, pues éstas se funden en un monocasco -como el de cualquier turismo- para ofrecer una dinámica rutera mejor, en línea con la de los modernos y exclusivos SUV. Al mismo tiempo, semejante estructura le capacita para afrontar travesías de campo sin dificultad.
Además, disfruta de suspensión hidroneumática, que permite variar la altura libre al suelo para sortear dificultades como piedras o cruces de caminos. En este sentido, el sistema de tracción, muy avanzado y patentado por la marca bajo la denominación Terrain Response, permite escoger mediante un botón del salpicadero entre cinco tracciones -más o menos complicadas-. A ello suma su caja de reductoras y la posibilidad de bloquear los diferenciales central y trasero, y unos ángulos de ataque y salida mejores que antes, por lo que la capacidad del modelo lejos del asfalto gana muchos enteros.
También es decisivo su doblete mecánico: de una parte, un motor de gasolina V8 de 4.4 litros y 300 CV; por otra, un flamante 2.7 biturbodiésel V6, de 190 CV. Los dos proceden de Jaguar y suponen un garante en prestaciones, par máximo y buen consumo -el 2.7D-. En ambos casos, la transmisión es manual de seis marchas, o automática, con idéntico número de relaciones y electrónica inteligente.
En cuanto al habitáculo, mantiene las tres filas de asientos -por ello, el techo sigue siendo sobreelevado en la zona posterior-, pero el diseño, la presentación y la calidad son superiores, hasta equipararse a los valores que exhibe el Range Rover, modelo del que toma buena parte de su estética externa.
La rueda de repuesto, de medida normal, ya no va sobre el portón, sino bajo la carrocería, y contará opcionalmente con un sistema de microcámaras que visualizan el entorno del coche.