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CincoSentidos

El lujo asequible de los cruceros

Cruzar el Atlántico y desplazarse hasta el mar Caribe ya no es la única opción que tienen los viajeros españoles deseosos de hacer turismo embarcados en un crucero. Ni contar con un elevado poder adquisitivo el único requisito. El turismo de cruceros ha logrado por fin seducirles y más de 180.000 españoles planearon el pasado año unas vacaciones en el mar. Su principal destino fue el Mediterráneo y el puerto de Barcelona el principal punto de embarque.

El despegue del turismo de cruceros en el país se produjo a raíz de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Durante su celebración, el puerto de la capital catalana acogió varios cruceros, una presencia que era prácticamente inédita hasta ese momento en los puertos del país. Según explica Carme Bigas, directora comercial de Latitud 4, representante de 13 compañías del sector en España, la fuerte competencia entre las navieras que se han propuesto buscar clientes en España y la consecuente bajada de precios es una de las razones que más ha impulsado el sector. Los precios para una travesía por el Mediterráneo con salida desde Barcelona oscilan entre los 900 euros que ofrece Pullmantur hasta los 3.000 euros de Radisson Seven Seas Cruises.

El recorrido básico incluye una parada en un puerto francés (Marsella o Niza), otro en el norte de Italia (Savona, Génova o Livorno), el romano de Civitavecchia y otro extracomunitario, ya sea Túnez o Malta. Bigas cita, además, el empeño de las navieras por atraer público joven y demostrar que los cruceros no son sólo una forma de viajar para jubilados. La media de edad de los pasajeros ronda los 40 años, mientras que antes superaba los 60, según datos de la Autoridad Portuaria de Barcelona. La directora comercial de Latitud 4, que representa entre otras a las navieras Celebrity Cruises y Silver Sea Cruises, indica que los pasajeros se vuelven incondicionales de los cruceros una vez realizada su primera travesía.

'Primero viajan por el Mediterráneo, luego optan por el Báltico y luego en función de su nivel económico miran hacia el Caribe, Alaska o Polinesia', dice. El 60% de la clientela española centra su demanda en el Mediterráneo, un 25% en el Caribe, un 10% en el norte de Europa y el resto viaja por otras zonas.

No sólo el Mediterráneo es el escogido para los iniciados en el turismo de cruceros, sino también para los norteamericanos y pasajeros procedentes de otros países. El puerto de Barcelona se ha convertido en el de mayor tráfico de Europa y se ha situado como el décimo entre los de mayor tráfico del mundo. El año pasado, el número de cruceristas que pasó por sus instalaciones superó el millón, un 23% más que en 2002 y cerró la temporada con un total de 716 escalas, un 13% más. Este crecimiento se ha visto favorecido por la demanda de viajes fuera de la temporada.

Aunque los meses comprendidos entre mayo y julio son los que atienden la mayor parte de la demanda, la temporada se inicia en abril y concluye en noviembre. 'Cada vez más, hay quienes viajan fuera de temporada alta. Resulta más fácil conseguir buenas plazas y a mejores precios', explican desde la Autoridad portuaria de Barcelona. El puerto de Barcelona tiene previsto inaugurar este año dos terminales para poder dar cabida a más barcos, que se sumarán a las dos con las que cuenta en la actualidad. Costa Cruceros también se ha comprometido a construir otra, que estará operativa en 2005.

Al puerto de Barcelona, le siguen los de Baleares. El de Palma espera superar este año los 742.000 pasajeros que recibió en 2003 y Mahón, el segundo de las islas más transitado, los 83.000, según datos de la Autoridad Portuaria de Baleares. Desde Barcelona, valoran positivamente su desarrollo, 'están posicionados en un público europeo, sobre todo franceses e ingleses, y en algunos casos los cruceros con base allí también atracan en Barcelona'.

Una travesía idílica

PreciosPara que no se produzcan sorpresas durante el viaje, hay que tener en cuenta que al precio que paga el cliente por realizar la travesía debe sumarse el coste de excursiones que plantea la naviera en cada punto de atraque, las bebidas que se consuman (no incluidas) y las propinas.ReservasLos agentes recomiendan que los viajeros empiecen a reservar camarote en enero para viajes que se llevarán a cabo en primavera y verano. Así pueden escoger alojarse en cualquiera de las ubicaciones del barco, ya sea proa, popa (donde hay un menor número de habitaciones) o en la zona central.CategoríaEl número de anclas que tiene un barco determina su categoría, de la misma manera que las estrellas establecen las de un hotel. Sin embargo, son las propias navieras las que asignan en función de las comodidades y servicios con los que cuenta el buque. No existe ningún organismo oficial regulador. El mínimo son tres anclas y el máximo cinco gran lujo.SelecciónLas navieras ofrecen infinitas posibilidades. Desde el lujo exclusivo de Radisson Seven Seas Voyager, cuyos camarotes son todos suites con balcón y algunos cuentan incluso con servicio de mayordomo, hasta los dirigidos a un colectivo concreto. La touroperadora Gheisa oferta travesías para un público naturista.

Temáticos para viajeros fieles

Una vez agotados los mares Caribe y Mediterráneo, los fiordos y las islas Polinesias, los viajeros más experimentados, tienen en los cruceros temáticos la única posibilidad de seguir siendo fieles a esta forma de viajar sin caer en la monotonía. Radisson Seven Seas ofrece travesías dedicadas a la enología, gastronomía y opera. Sin embargo, todavía no circulan por las aguas del mare nostrum. Para los amantes del chocolate, el Seven Seas Voyager ofrece una travesía por el Caribe en diciembre.

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