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Secretos de despacho

Un consultor poco convencional en BBDO

No es un ejecutivo al uso y mucho menos un consultor al uso. Huye de todos los tópicos, tanto como del traje y la corbata. Miguel Ángel Bañuelos, de 57 años, dirige desde hace dos años BBDO Consulting, la filial de servicios de consultoría, especializada en temas de marca y de marketing del grupo publicitario Tiempo BBDO. También está al frente de El Sol Festival Publicitario Iberoamericano, al que pretende convertir en un referente mundial de la publicidad en español y portugués. Su espacio de trabajo, según cuenta, es la antítesis de los despachos que manejan cierto poder. 'Lo más importante es el ambiente de trabajo, no lo que pasa en él. Lo difícil es conseguir un equipo de gente con el que te encuentres bien'. Busca rodearse de profesionales excelentes. Lo primero que exige, 'dado que se trata de una empresa muy exigente en excelencia del producto', son credenciales académicas brillantes. 'Tenemos consultores que han hecho carreras con calificaciones excepcionales'.

Dice con orgullo que en su plantilla tiene a profesionales que han sacado a lo largo de su carrera notas de 10. Además, todos han tenido que hacer un máster en Dirección de Empresas en escuelas de negocios internacionales. No es todo. Han de tener experiencia profesional en otras consultoras. A pesar de ello, advierte que huye de cualquier parecido con el resto de los consultores. 'Hay cosas que no nos gustan de las empresas que se dedican a esto. Por ejemplo, se establecen carreras competitivas y eso es perverso. Es difícil que una persona que tiene que ofrecer dosis de creatividad trabaje 16 horas al día. Es inhumano trabajar tantas horas'. æpermil;l, por si acaso, dedica a su ocupación una media de 10 horas. Lo que persigue Bañuelos es conseguir una empresa humanista, en la que la gente haga bien su trabajo, pero a la vez se preocupe por las personas. 'Quiero que además de capacidades de índole profesional y académico, sepan hacer equipo y divertirse juntos en el trabajo', señala. Huyendo de todos los convencionalismos, tampoco exige a los profesionales que trabajan en BBDO Consulting que lleven corbata, eso sí, sólo visten el protocolario atuendo cuando tienen que visitar a un cliente.

Desde hace diez meses, trabaja en un espacio reducido ubicado en una oficinas situadas en la zona norte de Madrid. En el despacho sólo tiene cabida una amplia mesa de cuero negro y un par de sillas. Poco más. 'La proporción que existe entre la importancia del cargo y el tamaño del despacho ha llevado a situaciones realmente grotescas. No es necesario mucho espacio para trabajar', señala Bañuelos.

'Es difícil que una persona que tiene que ofrecer dosis de creatividad trabaje 16 horas al día'

El suelo es vistoso, en colores verde y amarillo. En la puerta, advierte: 'No acepto ser fumador pasivo'. Sin embargo, sobre su mesa hay varios ceniceros y un cigarrillo siempre a punto. Otro cartel dice: 'El crimen en Madrid cuándo, cómo, dónde'. El alero de la mesa parece un pequeño bazar, con papeles, libros, tinta para la pluma y hasta una corbata cubrir imprevistos. El orden no le preocupa, 'es una manía morbosa'. Lo importante es saber dónde están las cosas 'porque el verdadero orden está en los ordenadores'. Confiesa una adicción, que se extiende a toda la compañía: 'todos somos appeladictos. No nos gustan los ordenadores hasta en esto nos gusta ir a contracorriente'.

Miguel Ángel Bañuelos ha desarrollado su carrera profesional en el sector publicitario, en compañías como Lintas, Y&R, Delvico y Tiempo BBDO, en esta última entró a trabajar hace 20 años. A pesar de ello, nunca se ha sentido tentado por la creatividad. Y relaciona el sector de la consultoría con el de la publicidad. 'Tanto en uno como en otro, se trata de hacer una labor muy noble como es reflexionar y pensar. La tarea consiste en sacar lo mejor que se tiene en el cerebro', explica.

Siempre está en continuo aprendizaje. Asegura que tiene numerosas aficiones y ninguna excluyente. Toma clases de casi todo y por eso no juega al golf. 'Si lo hiciera sólo me dedicaría a practicarlo y no haría otra cosa'.

Una carta de bienvenida de hace 20 años

Guarda con cariño una carta que le envió su primer jefe, Manolo Ramiro, en Lintas como bienvenida a la compañía. Para Miguel Ángel Bañuelos este gesto fue importante porque se trataba de su primer trabajo con contrato. Por ello la tiene enmarcada y colgada en la pared. 'Fue un momento decisivo en mi carrera y siempre me acompaña. Creo que fue el principio de lo que ha sido luego mi trayectoria y que alguien te reciba en una compañía con las puertas abiertas es para recordarlo'.En la pared también tiene una fotografía realizada por Fernando Manso, un creativo de la agencia de publicidad Contrapunto, en la que se ve una escena de entrenamiento de un caballo en la escuela de equitación de Viena.'Me gusta porque va a contracorriente. En esa escuela está prohibido hacer fotos y por eso me gusta, por el hecho de tener algo prohibido y porque me encantan los caballos'.Dada su afición, desde hace tiempo recibe clases de doma clásica. Y desde hace cuatro años asiste a cursos de pintura. También de caligrafía. 'Me gusta recibir cursos según va surgiendo mi afición'.

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