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El cártel de la 'baguette', atrapado con las manos en la masa

Verano de 2001. Faltan apenas unos meses para la entrada en vigor del euro e instituciones, empresas y consumidores se preparan para el histórico proceso. Algunos de forma muy hábil. En la región de Marne (cercana a París) el sindicato de panaderos decide pasar la consigna a las 360 panaderías de la zona de subir el precio de la baguette (la clásica barra de pan francesa), un producto consumido por el 94% de familias en Francia, a 0,75 euros.

La influyente Federación de Panaderos arguye ante los profesionales del pan el coste que supondrá adaptarse a la moneda única y les insta a subir el precio antes del 1 de enero de 2002, fecha de entrada en vigor del euro, para evitar toparse con algún control en los meses posteriores a la introducción de la nueva moneda. 'Habrá que modificar los precios antes'. Los panaderos afiliados al sindicato y los independientes siguieron de forma masiva las recomendaciones de la federación, que también justificó la operación por el aumento de costes generado por la introducción de la jornada laboral de 35 horas.

El repentino aumento de precios trascendió a la prensa regional, hasta que el Ministerio de Economía y Finanzas, entonces dirigido por Laurent Fabius, alertó al Consejo de la Competencia, que ahora ha condenado al pago de 15.000 euros a la federación y a 65.000 euros a 26 panaderos independientes por la orquestada intervención en el precio de la baguette. En un inhabitual gesto, el consejo remitió el caso a la jurisdicción ordinaria, que estudia la posibilidad de presentar cargos penales contra el presidente del organismo, por 'su intervención personal y determinante (…) y la violación deliberada de las reglas de la competencia'. Durante la investigación, las autoridades responsables del caso grabaron las elocuentes intervenciones de este responsable. 'El precio del pan es libre. No se puede llevar a cabo ninguna concertación sobre el precio. Lo que hacemos nosotros es completamente ilegal. Por ello no lo escribimos, sino que lo pasamos de viva voz'.

Este caso se suma al ocurrido el año pasado, en el que se condenó a 35 ópticas de Lyon al pago de dos millones de euros por actuar de común acuerdo contra los proveedores de una empresa rival

Para el consejo, que considera el caso especialmente grave por tratarse del producto más vendido en las panaderías, 'es inadmisible que una organización profesional, a la que la ley ha confiado la misión de defender los intereses de una profesión, limite la competencia de forma deliberada por los precios entre sus miembros'. La federación deberá, además, publicar la sanción en la prensa local.

Este no ha sido el primer caso de violación de las reglas de la competencia. El año pasado se condenó a 35 ópticas de Lyon al pago de una multa de dos millones de euros por organizar un boicot contra las compañías que aprovisionaban a una empresa de la competencia que ofertaba un tipo de gafas.

Dado el mayor número de casos, las multas son cada vez más elevadas. 'Hay varias razones para este aumento', explica el gabinete Linklaters en una publicación sobre competencia. 'El consejo aplica las normas de la competencia de forma más estricta y los implicados saben aplicar mejor las leyes en su propio interés'.

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