Messier solicita un proceso judicial para defender su gestión en Vivendi
En un mensaje divulgado a la prensa, el ex presidente de Vivendi Universal Jean-Marie Messier ha solicitado hoy ser procesado, como dos de sus antiguos colaboradores, para defender su gestión. La semana pasada, el que fuera tesorero de la compañía, Hubert Dupont-Lhotelain, y su adjunto al cargo, François Blondet, fueron inculpados junto a un responsable bancario del que no se conoce aún el nombre, por "manipulación de la cotización" de los títulos en relación con la presunta falsificación de las cuentas del grupo de 2000 y 2001, durante el mandato de Messier.
æpermil;ste, que dimitió de su cargo en julio 2002 en medio de acusaciones sobre la veracidad de las cuentas de la empresa y su insostenible endeudamiento, ha pedido hoy que le procesen de inmediato "para defender la decisión legítima" de realizar "una serie de transacciones con acciones de la compañía". Defiende que, en su calidad de presidente del grupo, procedió entonces "en interés de sus accionistas, de acuerdo con la posición de la SEC", la autoridad reguladora de la bolsa estadounidense.
Messier asumió en 1996 la dirección de la entonces Compagnie Générale des Eaux, que transformó en un gigante mundial de la comunicación que pasó a llamarse Vivendi Universal en 2000. El grupo se vio lastrado por una deuda que amenazaba su futuro y obligó a la dimisión de su presidente, sobre el que planearon sospechas acerca de la veracidad de la contabilidad que llevaba la dirección y la difusión de informaciones presuntamente "falsas o engañosas sobre las perspectivas de Vivendi Universal en 2001 y 2002".
Los jueces de la sección financiera del Tribunal de París Henri Pons y René Cros se encargan de esta investigación, que fue abierta el 29 de octubre de 2002. Los magistrados pretenden determinar si las cuentas presentadas por la empresa daban una imagen fiel de sus resultados, y si hubo intención de esconder la verdadera magnitud de la situación difícil por la que atravesaba la empresa.
En el origen estuvo la denuncia que presentó la Asociación de Pequeños Accionistas (APPAC), que consideraba que sus intereses habían sido dañados por "una presentación errónea por parte de los directivos de Vivendi y de varios otros intervinientes del balance y de la situación financiera de la tesorería".