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Secretos de despacho

Recuerdos en la casa de los ingenieros

Confianza en sí misma. Si algo procura demostrar María Jesús Prieto-Laffargue, salmantina de 59 años, a lo largo de la entrevista, es su valía profesional, aunque también reconoce algunas carencias. La presidenta del Instituto de la Ingeniería de España señala que para trabajar sólo necesita tres cosas: a ella misma, 'sobre todo mi cabeza', un papel y una pluma. Todo lo anota. No por falta de memoria, sino para no perder detalle y luego poder plasmar todas las recomendaciones en los análisis y decisiones que llegue a tomar. 'Tengo tantas cosas en paralelo en las que pensar que siempre me tengo que ayudar de las anotaciones'. Es una manera de optimizar el tiempo, algo que ha perseguido toda su vida y ha logrado aprender a lo largo de los años. 'Soy capaz de hacer muchas cosas en muy poco tiempo, luego siempre digo que hay que ver la relación calidad y tiempo. Soy maestra en hacer paellas en 12 minutos. La calidad no será muy buena, pero se la comen'.

Ocupa un generoso despacho, de techos altos, en la planta baja de un céntrico palacete en Madrid. No ha cambiado nada del mobiliario, que heredó de sus antecesores. Los muebles son antiguos. La mesa de trabajo es amplia. En una vitrina guarda libros de la institución, que fue fundada en 1905 a petición de la reina regente María Cristina, que solicitó a ingenieros españoles que se unieran con el fin de impulsar el desarrollo industrial en España. Frente a su mesa tiene el retrato del rey Alfonso XIII.

A su vera, una fotografía del rey Juan Carlos. Desperdigadas por varias mesas tiene fotografías de ella en diversos momentos de su carrera profesional, así como recuerdos de su paso por las empresas en las que ha desempeñado un cargo directivo, entre las que se encuentra la Fundación Madritel, Unión Fenosa, Banco Central Hispano, el Instituto Nacional de Meteorología, Airtel o Telefónica. 'Soy de esas personas que lo guardan todo, sobre todo los recortes prensa con artículos que he escrito. Es divertido guardar todos los detalles y me encanta recordar lo que he hecho, sobre todo cuando has tenido una vida profesional tan rica como la mía'. Explica que es excesivamente ordenada y eso puede llegar a ser molesto para los demás. A pesar de ser ingeniera de telecomunicaciones, Prieto-Laffargue escribe siempre a mano. Tiene ordenador portátil, que le acompaña allá donde va, pero reconoce tener dificultades para manejar el teclado. 'Lo único que he tocado en mi vida ha sido el piano, pero no soy muy hábil con el ordenador. También he de reconocer que desde 1980, cuando he empezado a tener puestos de responsabilidad, he tenido unos colaboradores excelentes y no me ha hecho falta'. En su afán por mejorar se ha propuesto, según cuenta, esmerarse con las teclas del ordenador. Eso sí, advierte, que 'la pluma se me da de maravilla'. Entre sus objetivos se encuentra también remodelar su despacho. De momento, tiene un inconveniente: la falta de recursos financieros. 'æpermil;sta es una institución que se nutre de las cuotas de los asociados agrupa a más de 70.000 miembros de todas las especialidades y al ser un edificio antiguo tiene unos gastos de mantenimiento elevados. Por ese motivo no he cambiado nada de mi despacho aunque necesita una buena reforma'. Para aumentar los ingresos del Instituto de la Ingeniería de España, ha decidido alquilar el edificio para eventos, como desfiles de moda o presentaciones.

'Soy capaz de hacer muchas cosas en poco tiempo, luego siempre hay que ver la relación calidad y tiempo'

Si algo lleva a gala es haber dedicado toda su vida, y no menos de 14 horas al día, a su profesión, que ha compaginado con su vida personal y sus cuatro hijos. 'Mientras atendía a mi familia le daba vueltas, por ejemplo, a una negociación que tenía entre manos. Ha sido mucho el esfuerzo que he tenido que hacer, y eso ha generado en alguna deformación que tengo'. Y como defectos reconoce la impaciencia, la rigurosidad y la puntualidad. Presume de que en los 23 años que lleva trabajando no recuerda ni una sola ocasión en la que haya llegado un sólo minuto tarde. Compagina su cargo de presidenta del Instituto de la Ingeniería de España con el de vicepresidenta de la Federación mundial de Organizaciones de la Ingeniería, desde donde pretende contribuir a mejorar la competitividad de los países en situación de desventaja.

'El amigo de un señor es siempre otro señor'

Está indignada por la escasa presencia femenina en los consejos de administración de las empresas españolas. 'Cuando coges la lista de los miembros que forman los consejos ves que los nombres siempre se repiten, lo que suele ocasionar problemas de agenda porque tienen tantos consejos que atender que al final es imposible compaginarlos todos', afirma Prieto-Laffargue.Y justifica que haya tan poca representación femenina a que en los consejos de administración siempre se tiende a buscar personas afines. 'Al final siempre se busca al amigo de un señor que siempre es otro señor'. Explica que la pluralidad enriquece el proceso de toma de decisiones. 'Las mujeres no tomamos decisiones de la misma manera que los hombres. Y eso es bueno para las empresas'. Y se lamenta, 'a mí me encantaría aportar valor al sector que conozco'.

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