La racionalidad del mercado
Se comportan los mercados de forma razonable? Lo comentaba hace unos días un gestor, al hilo de las recurrentes preguntas de clientes y periodistas acerca del impacto de los atentados. En realidad, la obsesión por las bombas no pasa de ser la última moda. Corre el rumor de que se ha intervenido un camión con explosivos en Manhattan, y un oscuro grupo francés amenaza con poner bombas en los trenes. Noticias que en otro contexto hubiesen pasado de largo son ahora susceptibles de provocar el traslado de miles de millones de euros.
A nivel individual se entiende que las decisiones de cada uno de los operadores son razonables. Esto es, que cada uno de ellos sabe lo que hace. Por ejemplo, un gestor de banca privada con una cuenta de 100 millones de euros y que esté muy apegado al día se ve obligado a vender si oye campanas sobre terrorismo. Si pensase que no es lógico lo que está ocurriendo y no vendiese, en realidad no estaría haciendo bien su trabajo. Lo que ha de valorar no es la relación causa-efecto, sino hasta qué punto otros como él tomarán la decisión de vender. Y cada uno de estos 'otros' se hará la misma pregunta.
La suma de decisiones individuales racionales puede que no conduzca siempre a comportamientos colectivos igualmente racionales. Hoy por hoy la moda es el terrorismo, y dentro de unos meses será otra cosa. El mercado siempre tiene alguna obsesión en mente y, de hecho, son estas obsesiones las que permiten a la Bolsa subir y bajar cada día.
No obstante, se suele oír que el mercado pone las cosas en su sitio. A medio plazo, se entiende. Los inversores, de forma irracional, llevaron a Terra a valer 140 euros, hasta que pasó la moda. Ahora las decisiones de inversión están condicionadas por el terrorismo, pero en el fondo la principal preocupación debería ser la recuperación económica. En este sentido, los inversores deberían tener muy presente el dato de paro del próximo viernes 2 porque, aunque hoy por hoy no esté de moda, condicionará los mercados.