Clases medias detrás del terror
Los Gobiernos occidentales se esfuerzan en disfrazarlo de fenómeno religioso e irracional, pero la motivación del terrorismo islámico es en gran medida económica. La italiana Loretta Napoleoni defiende esta tesis en Yihad, cómo se financia el terrorismo en la nueva economía, que acaba de editar Urano. El propósito de esa lucha, indica la autora, es acabar con la jerarquía de Occidente sobre Oriente Próximo y el mundo musulmán.
Napoleoni, que ha trabajado entre otros organismos para el FMI o la FAO, indica que el terrorismo está siendo impulsado dentro de los países islámicos por una clase media que quiere acabar con los regímenes autoritarios. 'Jordania, Siria y Arabia Saudí son países gobernados por una élite cuyos intereses bloquean los de su incipiente clase media', indica Napoleoni. Esta oligarquía, que tiene el control del país, es favorable y en algunos casos aliada de gobiernos occidentales. Lo que pretenden los terroristas, que se organizan en distintos grupos y no sólo en Al Qaeda, es derrocar a esas oligarquías.
Napoleoni traslada el nacimiento del terrorismo islámico a la guerra de Afganistán. 'La CIA financió a los muyahidines afganos la guerra contra los soviéticos con unos 5.000 millones de dólares anuales', indica. Este sistema de financiación, una vez finalizada la guerra, se aplicó en otros países, sobre todo en repúblicas de la antigua URSS.
El terrorismo islámico, denominado por Napoleoni como nueva economía del terror, mueve 1,5 millones de euros anuales. Al margen de la financiación que obtienen en países musulmanes, también obtienen recursos de actividades ilegales, en especial el tráfico de narcóticos. La cifra aumentará, sobre todo gracias a la especulación. 'Antes del 11 de septiembre, Al Qaeda compró oro y diamantes, que luego se han revalorizado espectacularmente', indica la experta italiana.
'Antes del 11-S, Al Qaeda compró oro y diamantes, que luego se revalorizaron'
'La guerra no es el camino'
Los paraísos fiscales y la globalización económica son los dos principales obstáculos que encuentran los gobiernos para descubrir de dónde procede la financiación que obtienen los grupos terroristas islámicos. 'Sólo se puede luchar contra el terrorismo descubriendo el origen del dinero y parando su distribución', explica Napoleoni. La autora critica algunas legislaciones unilaterales, como por ejemplo la de Estados Unidos, donde se han aprobado leyes que hacen un mayor seguimiento de la procedencia del dinero y pretenden reducir así las actividades de blanqueo. 'En un mundo global deben tomarse decisiones conjuntas -indica- como la disminución de los paraísos fiscales'. En su opinión, la solución para acabar con el terrorismo islámico no ha de basarse en las intervenciones militares. 'La respuesta a la guerra con violencia no es el camino a seguir, ya que sólo hace que aumenten las ganas de venganza', asegura.