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Una empresa finlandesa convierte las pesetas en hélices de barco

Dos años después de que comenzara el proceso de retirada de las pesetas, la antigua divisa española parece que se resiste a morir y sigue ofreciendo rentabilidad. La compañía finlandesa Wärtsilä, que fabrica mecanismos de propulsión para embarcaciones y plataformas costeras, ha encontrado un nuevo uso para las ya vetustas pesetas, sin valor desde que el euro las ha sustituido como moneda nacional: fundirlas para construir hélices con ellas.

Wärtsilä ha comprado 2.500 toneladas, al precio de dos euros por kilo, y las ha trasladado a una fundición, desde donde serán enviadas a la planta que la empresa tiene en el archipiélago de Boemlo, cerca de Bergen, al oeste de Noruega.

'La calidad de las pesetas es muy buena, igual que la que usamos para las hélices, aparte de que están hechas de la misma aleación', aseguró el jefe del consorcio, Jari Zalo, a la cadena de televisión pública noruega NRK. La compañía finlandesa, que posee una sucursal principal en España radicada en Bermeo y otras más pequeñas en Las Palmas de Gran Canaria y Málaga, tiene tres divisiones principales de energía: naval, centrales eléctricas y servicio de mantenimiento, además de la división industrial Imatra Steel.

Tras su paso a chatarra, la calderilla acaba transformada en nuevas monedas, tuberías, componentes del automóvil, piezas de joyería o cuberterías

La Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre (FNMT) dio por concluido el proceso de desmonetización a finales del año pasado y en los dos años en los que se ha llevado a cabo se han destruido, mediante un sistema de troceado, más de 6.600 millones de monedas de peseta, con un peso que ha superado las 34.000 toneladas. De este material se han obtenido cuatro tipos de aleaciones, destinadas a aplicaciones diversas: cupro-níquel, unas 2.500 toneladas, que pueden ser empleadas en nuevas monedas, tuberías e industria auxiliar del automóvil; aluminio-magnesio, unas 200 toneladas, con aplicación en la industria alimentaria, del automóvil y la construcción; bronce-aluminio, unas 30.000 toneladas, con destino a la industria naval y recuperadora del cobre, y finalmente, plata de 925 milésimas, unas 150 toneladas, utilizable en cuberterías y joyería.

Seis empresas resultaron adjudicatarias de la chatarra resultante: Botrade, Atlantic Cooper, Sempsa, Dietiker, Bernhard Metal y Daewoo. Botrade, responsable del achatarramiento de las monedas, está centrada en la recuperación del cobre para su posterior tratamiento, al igual que Atlantic Cooper, encargada de reciclar un total de 23.000 toneladas de monedas de 5, 25, 100 y 500 pesetas, prácticamente el 80% de las piezas de bronce retiradas por la FNMT. Sempsa refina los recortes y escobillas producidos en la actividad industrial de fabricación de joyería, platería y prótesis dentales y provee de materias primas al mercado español y portugués fundamentalmente.

Daewoo International ha anunciado también su intención de destinar parte del material a la construcción de hélices para su división de transatlánticos. El Banco de España sigue recogiendo aún las pesetas, pero mucha calderilla hará falta si tenemos en cuenta que para construir una sola hélice se necesitan hasta 50 toneladas de las extintas monedas, que apenas pesan unos gramos cada una.

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