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CincoSentidos

Las claves de los sondeos

A diez días justos de las elecciones del 14 de marzo, el vuelco electoral que ha dado la victoria al PSOE y ha desplazado del poder al PP continúa dando lugar a análisis y reflexiones. Los resultados de las urnas han puesto en cuestión más que nunca la efectividad de las encuestas preelectorales y los sondeos a pie de urna. Dos de estas muestras (las realizadas por Demoscopia y Sigma Dos) auguraron una victoria del PP, mientras que otras dos (Opina y Ecoconsulting) lo hicieron del PSOE. Ninguna acertó en cuanto a número de escaños.

Las empresas de sondeos reconocen haber detectado un progresivo acortamiento de distancias entre ambos partidos antes de las elecciones. Un fenómeno que culminó tras el atentado del 11-M y cristalizó en una victoria del PSOE. La clave definitiva, coinciden, ha estado en el impacto del atentado y en su gestión por parte del Gobierno, unido a un elevado número de indecisos. 'Nuestras encuestas ya detectaban antes del atentado un descenso del PP y un amplio porcentaje de gente indecisa. Había ganas de cambio en ese porcentaje de gente, que no tenía claro aún su voto y que se situaban en la izquierda y en el centro. En la izquierda no acababa de cuajar Zapatero y en el centro no gustaba la gestión del Gobierno', señala Josefina Elías, directora del Instituto Opina. Para Elías, el atentado del 11-M supuso 'la puntilla' que impulsó ese deseo de cambio.

El recorte de distancias por parte del PSOE comenzó a reflejarse en las encuestas a finales del 2003, según Carlos Malo de Molina, presidente de Sigma Dos. 'En noviembre la diferencia era de 11 puntos a favor del PP; en enero-febrero de 6-7 y diez días antes del las elecciones ya era sólo de cuatro'. La encuesta realizada por Sigma Dos una semana antes del 14 de marzo arrojaba una diferencia de dos puntos a favor del PP. El día del atentado esa diferencia favorable era de menos de un punto. El día de las elecciones la distancia ya era de 2,5 a 3 puntos a favor del PSOE. 'Ha habido una evolución de voto favorable al PSOE. Pero ha sido el atentado y su gestión por parte del Gobierno lo que ha dado el empujón final', señala Malo de Molina.

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'El atentado impulsó la participación. No es que la gente cambiase su voto, sino que hubo una mayor movilización de los votantes'

La encuesta de Demoscopia, publicada el día de las elecciones pero realizada con datos cerrados el día anterior, auguraba un triunfo del PP. 'Los datos que recogimos reflejaban la situación del sábado a las cinco de la tarde. Durante la semana previa a las elecciones nuestros sondeos mostraban que la intención de voto de PP y PSOE se alejaba y se acercaba el día anterior al atentado los datos de Demoscopia muestran que el PSOE superaba en un punto al PP. El día del atentado, la diferencia era favorable al PP y a partir de ahí se fueron acortando distancias. Antes del atentado ese acercamiento arrojaba como mucho un empate técnico', explica José Juan Toharia, presidente de Demoscopia.

Toharia sostiene que el PSOE no ganó por el impacto del 11-M, sino porque una parte del electorado percibió una mala gestión de la crisis por parte del Gobierno. 'Esa percepción hizo desaparecer la desconfianza que existía hacia Zapatero y cristalizar un malestar que provenía del apoyo a la guerra de Irak'.

El análisis de Antonio Vera, director de Ipsos Opinión en Ipsos Ecoconsulting, destaca la importancia de la elevada participación. 'El atentado provocó una reacción de participación que superó todas las expectativas. No es que la gente cambiase de voto, sino que hubo una mayor movilización del voto'.

Los sondeos de Ecoconsulting previos al 14-M también reflejaban un acercamiento de ambas fuerzas. 'El atentado influyó, aunque menos de lo que se ha dicho, y también el hecho de que fuese Al Qaeda y no ETA. Había una intención de cambio previa, pero si no hubiese ocurrido el atentado nos habríamos encontrado con un empate técnico', concluye Antonio Vera.

El efecto del apoyo a la guerra de Irak

Además del efecto de última hora que provocó el atentado del 11 de marzo en Madrid, los responsables de las encuestas de opinión destacan dos razones más para explicar la victoria del PSOE: el malestar persistente tras el apoyo a la guerra de Irak por parte del Gobierno y el perfil de la campaña electoral de ambos candidatos.'El hecho de que el atentado fuese obra de Al Qaeda hizo surgir en el electorado una correlación inmediata. Si hubiese sido ETA, el Gobierno habría salido fortalecido por la eficacia de su política antiterrorista. Al ser Al Qaeda, el apoyo a la guerra pasó factura', explica Antonio Vera, de Ipsos Ecoconsulting.La misma lectura hace José Juan Toharia, presidente de Demoscopia. 'Desde la guerra de Irak existía un malestar que no cuajó en las elecciones autonómicas de mayo porque no existía una percha sólida en qué apoyarlo. El electorado no veía una alternativa en el PSOE y la economía iba bien. Fue la mala gestión de la crisis del atentado la que hizo cristalizar ese malestar', señala.También la campaña electoral arroja algunas de las claves del triunfo socialista para estos expertos. 'La campaña del PSOE fue mejor que la del PP. Los populares necesitaban un líder con más firmeza. Rajoy fue muy conservador en ese sentido', explica Carlos Malo de Molina, presidente de Sigma Dos.Para Josefina Elías, directora del Instituto Opina, la campaña también fue un elemento clave a la hora de decidir el voto de los indecisos. 'La campaña electoral negativa del Partido Popular agobió mucho. Una campaña debe ser siempre positiva', apostilla.Pese a todo ello, ninguna de las encuestas publicadas el 14 de marzo acertó a predecir la dimensión real del triunfo socialista y de la derrota popular. El sondeo de Ipsos Ecoconsulting fue el que más se acercó al porcentaje de votos que obtuvo el PSOE (un 41,4% frente al 43,01% final). En escaños, Sigma Dos y Opina se quedaron a cinco del resultado final del PSOE.

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