Todo el ordenador en el bolsillo
Cada día, guardamos una pequeña parte de nuestra vida en el ordenador. Allí reunimos recuerdos personales, vídeos, nuestras canciones favoritas, documentos de trabajo o, incluso, una versión electrónica del libro de cabecera. Unos documentos valiosos grabados en un soporte digital, pero no tan estable como quisiéramos. Y es que una sobrecarga eléctrica, un virus o cualquier otro accidente informático pueden dar al traste con años de información y entretenimiento acumulados.
Los discos duros de bolsillo nacieron como una solución de seguridad para prevenir estos accidentes. Unos discos duros que, además de almacenar copias de respaldo del ordenador, permitían trasladar grandes cantidades de información en un dispositivo absolutamente portátil. Si al principio se presentaron en sociedad con este objetivo, hoy esos discos duros han evolucionado. El objetivo, convertirse en dispositivos con más capacidad, conectados, portátiles y funcionales.
La capacidad se mide en GigaBytes (GB). Para hacernos una idea, cada GB admite la misma información que 1,5 discos compactos (el popular CD). La capacidad óptima de nuestro disco duro ideal dependerá del uso que vayamos a darle. El último modelo de LaCie alcanza los 1.000 GB de capacidad, un equipo profesional muy apropiado para proyectos que requieran muchos recursos (grandes bancos de fotos, audio y vídeo). Para usarlo como simple copia doméstica de seguridad bastan los portátiles de 40 GB, aunque, hoy se pueden encontrar modelos de precio razonable hasta los 250 GB.
Los últimos discos duros incorporan funciones añadidas que les convierten en equipos de música o de vídeo portátiles
La mínima conexión que hay que pedirle a un disco duro portátil es la ya popular Universal Serial Bus (USB) en su versión 2.0. Un tipo de puerto rápido (mueve archivos a una velocidad de 60 MB/s) presente en todos los ordenadores modernos. Aunque todavía quedan discos con la entrada USB 1.1, se trata de una opción poco interesante, ya que es 40 veces más lenta que la anterior.
La mayor o menor portabilidad de uno de estos discos depende de su tecnología interna. Los más pequeños, ligeros y móviles son los que emplean como almacén digital un microdisco duro. Estos equipos suelen tener menos capacidad (entre 15 y 40 GB), pero también son más portátiles y resistentes. Los siguientes en la lista, emplean discos de 2,5'' (los mismos que usan los ordenadores portátiles) y los más pesados y menos portátiles, de 3,5'' (aquellos que se usan en el PC de sobremesa). Los de 2,5'' son hasta tres y cuatro veces más resistentes a los golpes y vibraciones que los de 3,5''. Además, también son mucho más ligeros. Están recubiertos por unas carcasas especiales que absorben el impacto de los golpes, evitando que los movimientos bruscos o las caídas afecten a las cabezas lectoras del disco. Evidentemente, son más caros, aunque merece la pena el gasto si buscamos un equipo de máxima movilidad.
Una gran novedad en los últimos discos duros son las funciones añadidas. Algunos se han convertido en equipos de música portátil (Philips HDD100) o de vídeo (Thomson Lyra PDP 2860). Otros leen tarjetas de memoria (WD Media Center). Son equipos diseñados para el ocio, en los que la función 'disco duro' es, simplemente, un valor añadido.