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Empresas de baja capitalización

La grandeza de invertir en lo más pequeño

Los fondos que invierten en empresas de baja capitalización no gozan de una excesiva popularidad en nuestro país. En realidad y para estándares internacionales quizá buena parte de las empresas que cotizan en las Bolsas españolas podrían considerarse dentro de esta categoría de valores. Sus rentabilidades en 2003 han sido muy elevadas y probablemente algo parecido ocurrirá en 2004.

Los fondos de compañías de baja capitalización obtienen míticas revalorizaciones en periodos en los que las bolsas comienzan a recuperarse tras las fases bajistas. Es bien sabido que en esas etapas pulverizan todos los récord que puedan establecer las revalorizaciones de empresas que invierten en las acciones más comunes y conocidas, las de gran capitalización. A largo plazo, esas diferencias pueden ser enormes: según un muy conocido estudio de Ibottson Associates, un dólar invertido en el índice norteamericano S&P 500 en 1926 se habría transformado a estas alturas en 2.279 dólares, mientras que uno invertido en valores de baja capitalización se habría convertido en 7.680 dólares.

Las empresas de baja capitalización tienen una sensibilidad más alta a las oscilaciones del ciclo económico y reaccionan a él de manera más virulenta. En ellas la publicación de resultados provoca movimientos de mayor alcance que en las empresas de mayor tamaño.

La afición de muchos inversores por las empresas de baja capitalización tiene algo de búsqueda del tesoro, ya que se supone que son empresas menos conocidas y que pueden ocultar mucho valor, sin que sean muchos lo que reparen en su existencia o sepan descubrir el potencial que encierran. Son valores aptos para que inviertan en ellos fondos que no tienen un patrimonio excesivamente grande pues la falta de liquidez que por definición tienen termina complicando mucho las cosas cuando se trata de vender, y esa misma falta de liquidez haría que, con compras importantes, se hiciera subir artificialmente el precio. De todas formas raro es el fondo de empresas de baja capitalización activamente gestionado que no incluye en su cartera valores de mayor capitalización, aunque sólo sea con el objetivo de diversificar.

Entre sus ventajas está el hecho de que las empresas de pequeño tamaño que tienen éxito, las tasas de crecimiento de su negocio suelen ser mucho más elevadas que las de las que ya están establecidas desde hace tiempo que, a su vez, pueden encontrarse con mercados relativamente maduros.

En España la inversión a través de fondos no está muy extendida, aunque existe una oferta muy variada que abarca todas las zonas geográficas más importantes, desde la eurozona a Japón y desde EE UU al sureste asiático. Alguno de los fondos nacionales que mejores rentabilidades acumulan a lo largo de los últimos años se inclina por valores de baja capitalización que, una vez más, en este período de recuperación de precios le está proporcionando rentabilidades suculentas.

análisis No aptos para corazones cardiacos

l Perfiles agresivos. La inversión en empresas de baja capitalización, o en los fondos que invierten en ellas, no está hecha para todos los temperamentos pues son valores o fondos que pueden tener un alto grado de volatilidad o inestabilidad.l Negocio doméstico. Entre las desventajas de las empresas de baja capitalización está el que normalmente no tienen mucho negocio internacional con lo que, en el caso de Estados Unidos, no pueden beneficiarse en este momento de la debilidad del dólar.l Variedad en EE UU. En los Estados Unidos, donde cotizan en los diferentes mercados de valores alrededor de 11.000 compañías, más de un 75% de ellas tiene una capitalización bursátil que no supera los 250 millones de dólares.

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