El BCE secunda el rechazo de la banca a las nuevas normas contables
El Banco Central Europeo irrumpe en la polémica sobre el impacto de las nuevas normas contables internacionales en el mercado financiero. Y lo hace respaldando sin ambages las críticas del sector bancario a dos puntos del borrador de las normas que deberán aplicarse a partir de 2005.
El Banco Central Europeo recomienda 'precaución y un análisis más detallado' antes de proceder a algunos de los cambios contables que preconiza el International Accounting Standards Board (IASB), un organismo independiente con sede en Londres que elabora las normas contables aplicables en la Unión Europea a partir de 2005.
La alerta del BCE atañe a las normas 37 y 39, por las que se obligará a las empresas cotizadas en Bolsa a contabilizar con el valor de mercado real todos sus instrumentos financieros. El sector bancario ha rechazado estas normas y su presión ha logrado que la Comisión Europea congele de momento su aplicación. El IASB, sin embargo, ya ha advertido que el margen de negociación se ha agotado prácticamente.
Pero en su informe de febrero, el BCE proporciona abundante munición para atacar las normas IAS 37 y 39 y hace un sangrante recuento de los borradores fallidos que ha elaborado el IASB.
La entidad que preside Jean-Claude Trichet subraya la ventaja de las normas actuales (que en general computan los instrumentos financieros al valor de su momento de adquisición) en las coyunturas económicas delicadas para el sector bancario.
El nuevo sistema, según el BCE, sacudiría violentamente el resultado contable de los bancos en situaciones de deterioro del crédito, de cambio brusco de los tipos de interés o de crisis inmobiliaria.
Esta distorsión contable puede tener graves consecuencias, según alerta también Alexandre Lamfalussy, padre intelectual de la actual regulación financiera de la UE. 'Es un debate muy inquietante', señaló Lamfalussy el martes ante la Comisión de Economía del Parlamento Europeo. 'Aunque desde el punto de vista contable sean correctas, hay normas que en banca pueden conducir a un efecto procíclico que amenace la estabilidad del sistema'. El BCE teme el aumento de la volatilidad y de las dificultades a la hora de comparar balances entre entidades.