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CincoSentidos

Adopciones poco tradicionales

Acoger a un niño ha dejado de ser patrimonio exclusivo de la familia tradicional. Solteros y parejas de hecho reclaman también sus derechos

El día en que Emma, una profesora de educación secundaria de Santiago de Compostela, confesó a su familia que había decidido adoptar un niño sola nadie la comprendió. 'Me di cuenta de que ya lo tenía todo. Había vivido mucho, había viajado por todo el mundo, tenía un trabajo y una situación económica estable y quería dar y recibir afecto', explica cuando se le pregunta por qué tomó la decisión.

Tras viajar a Rusia sola y enfrentarse, también en solitario, a los trámites de la adopción internacional, desde el pasado mes de diciembre Emma es madre de un hijo, Vladimir, que tiene cuatro años y habla ya un perfecto español. El camino, confiesa, no ha sido fácil. 'Hay que tenerlo claro, porque es duro. Ves a muchas mujeres sin pareja pero acompañadas de sus familias y a muchos matrimonios y parejas. Yo estaba sola'.

También Mercedes Navarro, médico y directora del Instituto Municipal de Salud Pública de Zaragoza, decidió convertirse en madre soltera a través de la adopción. 'La dificultad en estos casos es que no todos los países aceptan a personas solteras', explica. Tras viajar por varios países de Centroamérica, Mercedes se decidió por Honduras en septiembre del año 2000. En febrero del año pasado el Gobierno hondureño le asignó en adopción a un niño de un año. 'La gente siempre te pregunta por qué quieres adoptar. Yo no creo que sea diferente a tener un hijo biológico. Es simplemente la necesidad de dar y recibir afecto'.

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'Hay que tenerlo claro porque es duro. Ves muchas parejas, pero tú estás sola'

Tanto Mercedes como Emma han dado un paso que en los últimos años ha dejado de ser patrimonio exclusivo del modelo de familia tradicional. Así, a los nuevos modelos familiares se han sumado los nuevos modelos de adopción. La legislación española actual permite adoptar a hombres y mujeres sin pareja, a familias monoparentales, a parejas de hecho heterosexuales y en algunas comunidades autónomas (Navarra, País Vasco, Aragón y, en un futuro próximo, Cataluña) también a las parejas del mismo sexo. Sin ir más lejos, la Ley Foral de Parejas de Hecho de Navarra acaba de dar lugar a la primera sentencia en España que concede la patria potestad compartida a una pareja de lesbianas, al permitir a una de ellas adoptar a las hijas biológicas de la otra. 'El adoptar al hijo biológico del cónyuge o de la pareja es un supuesto típico de adopción, pero nunca se había aplicado a una pareja del mismo sexo', explica un abogado especializado en derecho de familia.

Los trámites, eso sí, son igual de farragosos para todos. Adoptar un niño en España supone cursar una solicitud ante la Consejería de Asuntos Sociales de la comunidad autónoma. Tras ser admitidos en una lista de valoración, los solicitantes pasan una serie de entrevistas, visitas domiciliarias y papeleo administrativo cuyo objetivo es obtener un certificado de idoneidad que el juez valorará a la hora de conceder la adopción. Si ésta es en el extranjero, al certificado de idoneidad habrá que añadir los requisitos legales de cada país.

Optar por niños españoles

VentajasEl proceso es casi gratuito. Adoptar a un niño en España permite ahorrar gastos como el de traducción de documentos y otros trámites que exige la adopción internacional. Los trámites en el extranjero pueden costar entre 4.000 y 18.000 euros.No hay que viajar al extranjero. Las autoridades internacionales exigen realizar uno o varios viajes al país antes de conceder la adopción. También exigen permanecer unas semanas allí para facilitar la adaptación del menor.Menos demanda. La lentitud del proceso reduce el número de solicitantes.Menos restricciones. En España se permite adoptar a las parejas de hecho y en otros países no.InconvenientesTiempo de espera. Es la gran dificultad. Una adopción en España puede demorarse hasta nueve años. En las internacionales, la espera oscila entre varios meses y uno o dos años como máximo.

Un fenómeno sin fronteras

Se ha convertido en un fenómeno social que crece a una velocidad vertiginosa. La adopción internacional en España se ha disparado en los últimos años. Los últimos datos del Ministerio de Asuntos Sociales indican que este tipo de adopciones pasó de 942 a más de 3.500 de 1997 a 2000. Rusia, China, Colombia, Bulgaria e India encabezan la lista de solicitudes. Precisamente ayer, Ana de Palacio anunció que el Gobierno reforzará el personal diplomático en China para atender el creciente número de solicitudes en ese país.La mayor agilidad y rapidez de estas adopciones es la clave de su éxito, pese a que también cuenten con inconvenientes, como las restricciones legales de algunos Gobiernos y el hecho de que en algunos casos haya que realizar los trámites a través de un abogado. Los requisitos del procedimiento son tan variados como los países de origen de los menores. Así, mientras en países como Brasil, Colombia, Ecuador u Honduras aceptan parejas de hecho como solicitantes, otros como Rusia, India, Chile o Polonia rechazan estas peticiones y algunos, como la República Dominicana, excluyen a solteros.Las diferencias también se observan en el número de viajes que hay que realizar al país para formalizar la adopción. China, India y Colombia exigen un sólo viaje, mientras que en Rusia y la República Dominicana la ley exige dos. Adoptar a un niño vietnamita implica residir en el país tres meses con el menor antes de regresar, un periodo que en Hungría es de dos meses, en Rusia de casi un mes (en dos viajes) y en China de 15 días.

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