Lula prohíbe los bingos, foco del escándalo que se atribuye a su gobierno
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha salido hoy al paso de las denuncias sobre corrupción que sacuden a su gobierno, garantizado que serán investigadas a fondo y anunciado que prohibirá los bingos en todo el país.
Los juegos de azar, como los bingos y las loterías, son el eje de denuncias que desde hace una semana salpican a un funcionario de la Presidencia y que salpicaron hoy a un ministro y a otros dirigentes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT). Lula dijo que la prohibición se extenderá "hasta encontrar una solución definitiva" para esa actividad.
En su primera alusión pública al escándalo, que ha derrumbado en los últimos días a los mercados financieros del país, Lula afirmó hoy que "no habrá ningún indicio de denuncia sobre ilícitos en este gobierno que no sea investigado a fondo y hasta el fin". En Brasil están registradas cerca de 1.100 casas de bingo, que generan 330.000 empleos, según cifras de la asociación nacional del sector.
Según la prensa local, el ex director de la Lotería en ese estado José Vicente Brizola habría asegurado que fue presionado para recaudar dinero entre empresarios de los juegos de azar destinado a financiar ilegalmente las campañas electorales del PT. Brizola dijo que esos recursos financiaron parte de las campañas del actual ministro de Educación, Tarso Genro, a la gobernación de Río Grande do Sul, y de los entonces diputados Paulo Paim y Emilia Fernandes al Senado. Paim es vicepresidente del Senado y Fernandes fue ministra de la Mujer en el gobierno de Lula hasta enero.
Las denuncias echaron más leña al fuego encendido la semana pasada, cuando el diario æpermil;poca reveló que Waldomiro Diniz, hasta entonces subjefe de Asuntos Parlamentarios de la Presidencia, extorsionó hace dos años a un capo del juego ilegal para allegar fondos a la campaña del candidato del PT a la gobernación de Brasilia. La oposición se ha valido de estas denuncias para pedir una investigación parlamentaria sobre la presunta corrupción en el Gobierno y exigir la dimisión del ministro de la Casa Civil, José Dirceu, considerado el brazo derecho de Lula, amigo y antiguo jefe de Diniz.