Los sindicatos piden a Izar mantener la plantilla durante cuatro años
Izar y sindicatos realizaron ayer otro esfuerzo para cerrar unas desavenencias que están lesionando a la compañía pública de construcción naval. Las centrales pidieron a la compañía, a cambio de ceder en parte de sus planteamientos, que garantice la plantilla durante cuatro años.
El tira y afloja para cerrar un acuerdo en Izar se mantiene. La petición, pública y privada, realizada a los sindicatos por Izar y la SEPI, su único accionista, para cerrar un acuerdo de convenio que abra expectativas para la continuidad del grupo público de construcción naval, se encontró ayer con un nuevo envite.
Las centrales solicitaron a la empresa que garantice durante cuatro años la actividad en todos los astilleros y su actual plantilla durante cuatro años. A partir de ahí, según fuentes sindicales, se puede negociar casi todo sin renunciar, de momento, a las movilizaciones y paros.
El enésimo capítulo de las discrepancias se puede escenificar hoy mismo. Sindicatos y empresa mantendrán un nuevo encuentro para buscar un consenso que permita fórmulas flexibles y conseguir contrataciones de barcos, sobre todo en su división civil, que oxigenen su deteriorada cartera de pedidos.
Nueva reunión hoy para buscar fórmulas flexibles que sirvan para contratar barcos
Los frentes siguen abiertos y las posiciones distanciadas.
En una reunión que duró más de tres horas, los sindicatos se mostraron dispuestos a admitir medidas que supongan aumentar la cartera de pedidos, a aceptar el expediente de regulación de empleo para los astilleros civiles afectados por la subactividad y a firmar un convenio de tres años con incrementos salariales ligados a la media de los convenios del sector del metal que periódicamente publica el Ministerio de Trabajo. Además, mantienen posturas sobre la reducción de la jornada laboral que supone una reducción de tres días al año hasta el 2005 con el objetivo de unificar un criterio que ya se mantiene en Bazán, una de las sociedades que junto a AESA, dieron lugar a la creación de Izar.
El grupo público, que se ha comprometido a estudiar la oferta sindical, apuesta, de momento, por un convenio a cuatro años con subidas salariales del 3,2% en 2003 y del 3,5% en 2004. Para 2005 y 2006, el incremento en las retribuciones se fijaría según los parámetros que marque el Ministerio de Economía para las empresas públicas.
Izar ha propuesto que la jornada laboral se mantenga en las 1.700 horas al año, lo que supondría que los trabajadores de la antigua Bazán tendría que trabajar tres días más al año.
Astander despedirá a 80 trabajadores
La crisis en el sector naval no sólo ha afectado a los astilleros públicos españoles. Astander, una compañía que hasta 1999 se cobijaba bajo el paraguas de la Administración, ha presentado un expediente de regulación de empleo (ERE) que supone el despido de 80 de sus 207 trabajadores. Italmar, ligado al grupo Laskiridis y propietario también de Astican en Canarias, argumenta que el astillero de reparaciones ubicado en la bahía de Santander ha perdido 23 millones de euros entre 1999, cuando se privatizó, y 2003.El expediente, que no ha sido pactado, ha provocado la reacción sindical. El presidente del comité de empresa de Astander, Luis Miguel García, afirmó ayer a Efe que no hay motivos para que se presente un expediente en un momento en que se está negociando con los trabajadores una reducción de plantilla a través de prejubilaciones. 'Esto demuestra el talante de una empresa que carece de dirección, de proyecto industrial y de futuro', dijo García.El representante de los trabajadores criticó que en los últimos cuatro años Astander 'ha perdido la mitad del mercado de reparación de barcos'.
53 heridos en las protestas de ayer
Las plantillas andaluzas de los astilleros públicos recrudecieron ayer sus protestas en una jornada que volvió a saldarse con decenas de contusionados en Sevilla y Cádiz. Los enfrentamientos más duros, con 38 trabajadores y 15 policías heridos, se registraron en la capital de Andalucía, donde los trabajadores protagonizaron en las instalaciones del astillero una auténtica batalla campal con fuerzas antidisturbios.