Ryanair acentúa la austeridad en sus vuelos
La austeridad se ha puesto a la orden del día en las aerolíneas de bajo coste. Ryanair, la mayor compañía europea de vuelos baratos, acaba de anunciar un plan de ajuste que va a impactar de forma drástica en la comodidad del pasajero, poco después de que su gran rival, Easyjet, recortara de tres a dos el número de lavabos en sus nuevos aviones.
La compañía fundada por el empresario griego Stelios Haji-Ioannou explicó que la medida permitirá acoplar otro asiento en sus aviones, y también como Easyjet no ofrece bebidas gratuitas a bordo, no hay necesidad de disponer de tres lavabos.
Los recortes de la irlandesa Ryanair van mucho más allá que la simple eliminación de un lavabo. De entrada, la aerolínea que preside Michael O'Leary prescindirá de asientos reclinables, por su alto coste frente a los asiento rígidos que requieren menos mantenimiento y piezas de recambio. El pasajero que vuelve de sus vacaciones cansado y con ganas de dormir debe llevar consigo una mascarilla para los ojos, porque también las cortinas de las ventanillas figuran entre los artículos de 'lujo' condenados a desaparecer. De igual modo se eliminará del asiento los bolsillos para revistas y los reposacabezas. Con estas dos medidas se espera conseguir una reducción en los costes de limpieza y también del tiempo que los aviones deben permanecer en tierra entre vuelos.
'Tras estudiar una serie de alternativas, se ha dado la orden de eliminar de las cabinas todo lo que no sea esencial', afirmó un portavoz de Ryanair. 'Los pasajeros se beneficiarán de estos recortes con tarifas más baratas'. El mismo portavoz insistió en que los pasajeros no iba a echar de menos la desaparición de estos detalles: 'La duración de la mayoría de nuestros vuelos es menos de una hora', dijo.
Utilizará asientos de cuero y no reclinables para ahorrar costes
No hay mal que por bien no venga. Desde el punto de vista del pasajero, la modificación de los asientos puede resultar positivo. Ryanair piensa sustituir los asientos actuales, cubiertos de tapicería, con otros de cuero, que a la vez son más fáciles de limpiar y por consiguiente más baratos, pero también más cómodos para el pasajero.
La medida que quizá resulte más difícil de poner en práctica será que los pasajeros se lleven a bordo todo su equipaje, cumpliendo a la vez las normas internacionales de peso y volumen de las maletas. 'El público se conforma con llevar una bolsa cuando viajan en autobús, así que ¿por qué no en un avión?', dijo O'Leary. 'Esto puede representar un paso revolucionario en la aviación comercial. La mayor parte del espacio de un aeropuerto está dedicado al manejo de equipaje. Esto puede significar una reducción en el tamaño de los aeropuertos y un ahorro de costes de hasta el 20% para las aerolíneas'.
La compañía está estudiando la posibilidad de cobrar una comisión a los pasajeros que facturen sus maletas, aunque todavía no se ha decidido nada al respecto. O'Leary calcula que el plan de austeridad 'in extremis' puede arrojar un ahorro de costes del orden de casi dos millones de euros al año. Sólo la eliminación de los reposacabezas de velcro pueden representar un ahorro de casi 150.000 euros, si no se opta por utilizar este espacio para anuncios publicitarios. 'Estos recortes probablemente no aportarán a la compañía un ahorro de costes demasiado significativo', dijo James Halstead, analista independiente de la aviación.
'Por otra parte, sí que ayuda al control de costes. En este negocio, los pasajeros se fijan en el precio más que otra cosa. La tarifa lo es todo'.
Reducir gastos para ofrecer tarifas mínimas siempre ha sido la piedra de toque de Ryanair. Por lo general, los pasajeros han recibido con alegría la eliminación de lujos como una comida gratuita a bordo, a cambio de tarifas a varios destinos europeos que en épocas de promoción se han ofrecido a un menos de un euro, pagando solamente los impuestos del aeropuerto.
Ryanair lanzó su campaña de recortes de costes ante un trasfondo de malestar tanto con la CE como sus propios accionistas. La Comisión ha exigido a Ryanair la devolución de unos cuatro millones de euros de las ayudas que recibió del aeropuerto belga de Charleroi, por considerarlas 'incompatibles con el funcionamiento del mercado interior', según afirmó la comisaria europea de Transportes, Loyola de Palacio.
Por otra parte, hace unos días Ryanair advirtió, por primera vez desde su salida a Bolsa en 1997, de una caída del beneficio. Los analistas prevén un recorte este año del 10%, hasta 215 millones.
Un golpe de imagen por presunta discriminación
Ryanair sufrió un golpe de imagen hace unos días cuando un pasajero, Bob Ross, presentó una demanda por supuesta discriminación contra minusválidos. Ryanair cobró 18 libras (26 euros) al pasajero por el uso de una silla de ruedas en el aeropuerto londinense de Stanstead. El caso provocó una dura crítica de político laborista de la cámara de los Lores, lord Carter, que acusó a la compañía de discriminación, afirmando que el coste real de la aerolínea por el aparato era de 2 peniques, unos 30 céntimos.El antiguo ministro conservador lord Forsyth añadió su voz a la protesta: 'Si la BAA (autoridad aeroportuaria) puede ofrecer aparcamiento gratuito a los diputados, seguramente puede proporcionar una silla de ruedas sin coste a los pasajeros minusválidos'.