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Carlos Pérez de Bricio

'En el conflicto del SCH y Total lo prioritario es la empresa'

Dicen que Carlos Pérez de Bricio, presidente de Cepsa, tiene mucha capacidad de aguante y de negociación. Tuvo que demostrarlo hace unos meses cuando el SCH le declaró la guerra a Total por el 16% de la compañía. Asegura que la trifulca, que sigue abierta, entre los dos accionistas no podía influir en la gestión y en el objetivo estratégico de la empresa. Si algo ha sabido este ejecutivo a lo largo de su trayectoria es nadar y guardar la ropa. A mediados de los setenta le tocó hacer frente como ministro de Industria a una de las mayores crisis energéticas vividas en España. Fue fundador y presidente de la Unión de Empresas y Entidades Siderúrgicas (Unesid) y de la Confederación Empresarial del Metal (Confemetal). Fue vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Ahora, la Cámara de Comercio de Madrid le acaba de elegir empresario del año.

Pregunta Siempre es agradable recibir un premio, ¿qué méritos cree que le han reconocido?

respuesta Supongo que habrá sido por el conjunto de la trayectoria. Y porque en la compañía hemos incrementado los beneficios, las ventas y los campos de actuación. 2003 ha sido el mejor año de la compañía en relación con años anteriores. La cifra de beneficio antes de impuestos fue de más de 900 millones de euros y eso hace que después de impuestos se quede en unos 600 millones. En 1996, por ejemplo, la cifra de beneficios era de 150 millones. Pero no sólo esto es lo importante. Parece que lo único que cuentan son los beneficios, pero hay otros aspectos.

'Ahora que las empresas reducen personal, Cepsa ha contratado a 300 personas en el último año'

'Intento que no haya equipos contrarios ni rivales. No puedo decir que todos los empleados estén satistechos'

P. ¿Por ejemplo?

r. Se trata de una empresa que, además de España, está en varios países, como Brasil, Panamá, Argelia, Portugal, Colombia y Marruecos. Es una sociedad que no se parece en nada al origen de Cepsa, que nació como una refinería en Tenerife. De no tener ninguna estación de servicio hemos pasado a tener 1.800 en España y 200 en Portugal. Somos líderes en materias primas para detergentes. La sociedad se ha desarrollado a todos los niveles. Es importante también que desde el punto de vista ambiental nuestras refinerías tienen certificaciones máximas. Ahora que todas las empresas recurren a jubilaciones anticipadas y reducción de personal, me agrada decir que, en el último año, en Cepsa se contrataron a 300 personas.

P. Se sentirá contento con todas estas aportaciones.

r. Yo era el consejero más antiguo de la empresa. En 1990 pasé a ser consejero ejecutivo y desde 1996 la presido. Creo que el conocimiento es mi principal aportación a esta empresa. He tratado de fomentar el equipo unido, sin celos. Para ello es importante que cada uno tenga sus campos de actuación muy bien definidos. Hemos conseguido que las relaciones humanas sean buenas.

P. ¿Cómo se consigue mantener buenas relaciones con una plantilla de más de 10.000 profesionales?

r. Una prueba de ello es que acabamos de firmar el convenio colectivo para los próximos cuatro años. Y puedo decir con orgullo que nunca hemos tenido una huelga en esta empresa. Todo ese conjunto es lo que hace verdaderas las relaciones humanas. Y tenemos un detalle que puede resultar anacrónico, pero concedemos medalla de oro a todas aquellas personas que llevan 35 años en la empresa y de plata a los que permanecen 25 años. Puede parecer un detalle de otros tiempos, pero eso se traduce también en un aumento del valor de las acciones, porque los empleados también son accionistas y han visto que en esta empresa han ganado dinero. En el conflicto entre Total y el banco se refiere al órdago que lanzó el SCH a la petrolera francesa para hacerse con el 16% de Cepsa, y que está pendiente de arbitraje, aquí hemos actuado a favor de la compañía en su conjunto y no a favor de los intereses de los accionistas.

P. ¿Cómo se gestiona un conflicto en el que están implicados dos accionistas?

R. Intentando consensuar y llegar a un acuerdo, como el que se alcanzó, en que lo primordial es defender la empresa. Los problemas internos de otro orden hay que tratar de discutirlos en otro ámbito. Es cierto que hubo una preocupación. Yo me reuní con los diferentes equipos hasta que conseguimos resolverlo.

P. Antes hablaba de celos profesionales, ¿es uno de los males laborales de hoy día?

r. En toda gran compañía pueden surgir, pero para evitarlos conviene precisar las funciones que tiene que desempeñar el equipo directivo. En todo conjunto humano se producen situaciones de competencia, pero podemos decir que aquí no hemos tenido situaciones de gente preocupada porque hayan invadido sus competencias. Puede haber cierto descontento interno por estimar que no se es valorado, porque no tiene posibilidad de ascenso en la empresa. Todo esto se traduce en frustraciones. Esto no existe en esta empresa.

P. ¿Cómo lo consigue?

R. Intentando que no haya equipos contrarios ni rivales. No puedo decir que todos se encuentren satisfechos, pero sí puedo decir que aquí no existen circuitos cerrados. A medida que se amplía la actividad se van ofreciendo oportunidades de negocio y hay sitio para que muchos puedan promocionarse.

P. Eso lleva, en muchos casos y en una empresa como Cepsa, a expatriar a profesionales, ¿cómo se recibe esta propuesta?

R. Lo más duro es para las personas que tienen que trabajar en Argelia, pero nuestras instalaciones no se parecen en nada a los yacimientos, son refinerías. Tenemos allí operadores que están trabajando de forma voluntaria. Y tienen por cada mes de trabajo, uno de vacaciones. La vida allí es dura, pero las condiciones son buenas. Quitando el caso argelino, las condiciones del resto de expatriados son buenas. Todos los que se van lo hacen de manera voluntaria.

P. ¿Cómo compite una empresa de tamaño mediano con una gran multinacional petrolera?

R. Competimos porque somos más pequeños, porque la burocracia aquí es menor y por el componente humano. Es una compañía mucho más humana que las grandes. La gente ve en Cepsa la posibilidad de trabajar hasta la jubilación. Las relaciones son muy humanas y familiares. Por eso somos competitivos.

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