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Distribución

La etiqueta electrónica revoluciona las ventas minoristas

Imagine el escenario. Usted entra en una tienda de ropa, coge un pantalón y va al probador. Allí, y mientras mira si le queda bien o mal, en una pantalla le aparecen consejos sobre combinaciones posibles de la prenda que ha elegido. No es ciencia ficción.

Wincor Nixdorf acaba de presentar en Paberborn (Alemania) la primera tienda de moda europea totalmente equipada con etiquetas y lectores RFID, una tecnología emergente de identificación por radiofrecuencia que, muchos pronostican, quitará el puesto al código de barras.

Las aplicaciones de esta tecnología son tantas y el negocio que puede generar se prevé tan elevado que ha provocado lo que podría calificarse como una refidmanía en los últimos meses. Primero fueron los potentes almacenes estadounidense Wal Mart quienes anunciaron que requerirían a sus 100 principales proveedores que colocaran las etiquetas electrónicas en sus palés para principios de 2005. Le siguió el Departamento de Defensa de EE UU, y ahora hay cientos de iniciativas en marcha.

Metro, la quinta mayor cadena de supermercados del mundo, aseguró recientemente que será el primer grupo de distribución que aplique esta tecnología inalámbrica -pensada para identificar objetos sin necesidad de contacto- a lo largo de toda su cadena de suministro.

El proyecto comenzará el próximo noviembre con 100 proveedores que colocarán chips de identificación en los palés que distribuyan a 10 almacenes y 250 tiendas de Metro. La firma, que ha declinado dar datos sobre cuánto le cuesta la iniciativa, prevé extender el sistema a sus 800 tiendas germanas para 2007.

En los experimentos que lleva a cabo Metro en sus almacenes ha puesto rastreadores (chips) en tres productos, uno de Gillette, otro de Procter & Gamble y un tercero de Kraft Foods.

Otras grandes cadenas minoristas han mostrado su interés como Mark & Spencer, Gap, Carrefour o Tesco. Esta última reconoce estar realizan pruebas dentro de su red de distribución en Reino Unido y dicen que instalarán la tecnología RFID en breve.

Pero por qué es tan importante esta tecnología para la distribución. Básicamente porque los diminutos chips de radio frecuencia pueden ser adheridos a diferentes artículos, desde ropa a botellas de leches o maquinillas de afeitar. Y los fabricantes de estos productos y los distribuidores pueden seguir al milímetro -y gracias a las antenas lectoras repartidas por las tiendas o los almacenes- pistas de sus inventarios.

'Es un control muy fino', explica Mercedes Puxant, experta en RFID de IBM. 'Porque los chips y antenas, y la información que generan, se integran con los sistemas de gestión de las empresas. Ello permite saber si un producto se vende mucho o poco, si ha pasado por caja, si se ha agotado en una estantería, o simplemente ha desaparecido... Todo en tiempo real. Así, las empresas pueden prever mejor los aprovisionamientos y anticiparse a que haya una ruptura de stock', añade.

El gigante IBM ha participado en el proyecto de Metro, pero no es el único proveedor informático que ofrece soluciones con RFID. Oracle ha integrado capacidades de radio frecuencia en su software para la gestión de datos; SAP y Microsoft siguen también su estrategia. La compañía de Bill Gates ha anunciado que lanzará versiones de sus aplicaciones Axapta y Navision con capacidades RFID para el próximo año. El mercado de las etiquetas RFID moverá 3.100 millones de dólares en 2008. E IDC prevé que sólo la demanda minorista será de 1.300 millones de dólares en cuatro años. Con estas cifras en la mano, ni NCR, Intel, Philips (que recientemente anunció una alianza con IBM para vender los nuevos chips) y Sun, que acaba de abrir un centro en Escocia para llevar a cabo pruebas sobre la nueva tecnología, están dispuestos a dejar de lado.

Un carné para cada producto

La tecnología permite asignar un DNI a cada producto que puede tener vigencia desde que nace o se fabrica hasta que muere, se destruye o recicla', explica César Ortega, director general de la división de soluciones para el sector minorista de NCR Iberia, compañía que recientemente ha lanzado un escáner híbrido para leer tanto códigos de barras tradicionales como las modernas etiquetas RFID.Ortega destaca un uso práctico para el usuario. Esta tecnología permitirá, dice, que personas alérgicas, diabéticas o padres con bebés celiacos (alérgicos al gluten) conozcan de antemano los productos que contienen ingredientes peligrosos para su salud al disponer de un lector personal con un chip RFID integrado en cualquier dispositivo móvil (Teléfono, PDA...)Según este experto, la fiabilidad de las nuevas etiquetas permitirá tener un margen de error cero en todo lo relativo a precios, fechas de caducidad y composiciones de los productos.Pero, al margen del sector distribuidor comercial (donde los expertos calculan que los chips RFID podrían reducir los niveles de inventario en un 25%, cuando se estima que hay unos 40.000 millones de excesos de artículos en las cadenas de suministro), las aplicaciones son múltiples. Desde la domótica en el hogar al uso militar. De hecho, esta tecnología, como Internet, nació de la investigación del ejército norteamericano.Javier de los Mozos, especialistas en soluciones inalámbricas de IBM, habla de otro sector interesado: las líneas aéreas. 'Con el RFID pueden saber dónde están en cada momento los equipajes, evitando su extravío'.Los alérgicos sabrán la composición de un producto gracias a un lector personal

Chips que darán la batalla al código de barras

VentajasAñadir información Los datos contenidos en las etiquetas de radiofrecuencia pueden ser modificados por los usuarios autorizados. El chip podría contener varios megabytes de información y son inmunes a la suciedad, algo que sí afecta a los códigos de barra.Reutilización En teoría no hay límite al número de veces que una etiqueta de RFID puede ser leída. Así, si se utiliza para identificar palés o envases reutilizables, la etiqueta podrá durar hasta 10 años.Múltiple lectura Numerosos chips pueden leerse en bloque. Así, se puede controlar con una sola lectura qué hay en una estantería de una tienda o en un carrito de la compra.DesventajasPrecio Los chips RFID cuestan entre 30 céntimos de euro y un euro. Son caros si se tiene en cuenta que muchos de los posibles productos a identificar tienen un precio de venta al público inferior al de la etiqueta.Vulnerables al metal La lectura de estas etiquetas puede verse afectada por metales y por líquidos. Y son susceptibles de sufrir interferencias por el uso de equipos informáticos u otros sistemas que utilicen la misma frecuencia.Privacidad La tecnología RFID no está exenta de polémica. Algunos grupos defensores de la intimidad temen que las corporaciones utilicen estas señales de radio para espiar los movimientos de los individuos dentro de las tiendas.

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