Una historia construida a golpe de adquisición
La historia de Comcast es una película del más puro crecimiento basado en adquisiciones. El germen de una compañía que hoy se permite lanzar una opa hostil sobre Disney es una diminuta empresa radicada en Tupelo, en el estadounidense Estado de Misisipí, de nombre American Cable Systems. Fue en 1963 cuando Ralph Roberts, Daniel Aaron y Julian Brodsky adquirieron esta sociedad, que pronto se expandió por todo el estado.
La actual Comcast nació en 1969, cuando sus fundadores decidieron apelar a un nombre que uniera comunicaciones y emisiones -communications y broadcast, en inglés-. Y así bautizada salió a Bolsa en 1972.
Ya desde su nueva sede en Filadelfia, Comcast compró franquicias y amplió su abanico con empresas locales. En una expansión internacional a la que luego dio marcha atrás, adquirió su primera franquicia de cable fuera de Estados Unidos en 1983 y así entró en Londres.
Ya mediados los años ochenta, Comcast dio dos saltos cualitativos, con la compra del 26% del grupo W Cable y con la financiación del canal de televenta QVC. El paso decisivo para su refuerzo en telecomunicaciones llegó casi la final de la década, con la adquisición de American Cellular Network.
En 1990 Brian Roberts sucedió a su padre Ralph en la presidencia e inició una época de inversiones en compañías de fibra óptica y de móvil. La oleada de adquisiciones comenzó a finales de los años noventa cuando, alentada por la inversión de Microsoft en la compañía, Comcast compró Globalcom y lanzó una opa sobre Mediaone.
Esta última operación se frustró por la intervención de AT&T, que hizo una oferta más alta. Comcast estaba dispuesta a pelear, pero se retiró cuando la telefónica se ofreció a venderle dos millones de clientes de cable. Comcast aceptó, pero luego le apeteció más y lanzó una opa sobre el resto de los activos de cable de AT&T que fue calificada como hostil.
El precedente
Comcast no es nueva en la batalla de las opas hostiles. En 2001, lanzó una oferta sobre los activos de cable de AT&T que fue rechazada. La telefónica acabó cediendo cuando escuchó las ofertas de AOL y Cox y, sobre todo, cuando Comcast elevó la suya.