Crecen las alergias en el trabajo
Los alergólogos han detectado una nueva enfermedad laboral, la bronquitis eosinofílica, patología conocida desde hace tiempo, que ahora se ha demostrado que está causada por ciertas sustancias del entorno laboral, como el látex, los acrilatos y las resinas. Pese a que los enfermos no presentan alteraciones en la función pulmonar, 'los bronquios están inflamados y el final de un mal diagnóstico puede ser el asma crónica', según alerta el doctor Santiago Quirce, especialista de la Fundación Jiménez Díaz y coordinador del estudio.
Hace una década sólo el 15% de los occidentales eran alérgicos, hoy lo son el 20%. Y una buena parte de este aumento se debe a la proliferación de la enfermedad en el entorno laboral. Un dato: el asma ocupacional representa ya el 20 % de los casos de asma bronquial y hasta el momento se han identificado alrededor de 320 sustancias capaces de provocarla.
Arturo Peláez, presidente de la Sociedad Española de Alergología, explica que los factores causantes de este avance tienen relación directa con el estilo de vida occidental. 'Pasar, como pasamos, tanto tiempo en lugares cerrados, el uso abusivo de calefacciones y aires acondicionados, la presencia de animales de compañía y también la reducción de las infecciones en la infancia provocan respuestas de tipo alérgico en la población', afirma este especialista.
Los agentes químicos son una fuente de alergias. A juicio de Peláez, la reacción al látex tienen mucho que ver con el uso abusivo de este material, que ha rebajado alarmantemente su calidad. Otros casos, como la alergia al anisakis (un parásito del pescado), se deben al avance de las investigaciones científicas.
La mayoría de las alergias surgen en la infancia, pero nadie está libre de convertirse en alérgico a cualquier edad. No es verdad que esta enfermedad desaparezca durante la vejez, 'aunque sí es cierto que algunas rinitis por polen o asma infantil dejan de dar síntomas con el paso de los años', explica el doctor Peláez. Sin embargo, otras reacciones, como las cutáneas, tienen tendencia a presentarse en personas mayores y en general son rebeldes al tratamiento.
Cualquier persona puede tener una primera manifestación alérgica después de muchos años de no haber presentado ningún síntoma. Pero esto no quiere decir que esa persona sin serlo se ha convertido en alérgico de la noche a la mañana. Significa simplemente que algo que formaba parte de su constitución (atopia) y que nunca se había manifestado aparece ahora por primera vez.
El hecho de que los padres sufran alergias aumenta el riesgo del niño de padecer esta enfermedad. Las actuaciones preventivas pueden iniciarse en la época gestacional evitando la exposición al tabaco. Posteriormente, se favorecerán la lactancia materna y las normas de control ambiental para evitar la exposición masiva a alergenos. Por lo que respecta a la dieta, los alimentos sólidos se introducirán a los seis meses, posponiendo al máximo el huevo, el pescado y los frutos secos.
Para dar la espalda a la enfermedad, la primera medida terapéutica es la prevención, evitar los alergenos; y las vacunas son el único remedio que inmuniza por un periodo de entre tres y cinco años. Las más modernas, además, no necesitan pinchazo, se administran debajo de la lengua.