Se reanuda en EEUU el juicio que enfrenta a Kerkorian y DaimlerChrysler
Los tribunales de Wilmintong retoman hoy, tras nueve semanas de parón, el juicio por el que Kirk Kerkorian, principal accionista de la extinta Chrysler, acusa a Jürgen Schrempp, presidente de DaimlerChrysler, de haber engañado a los inversores de Chrysler en el proceso de fusión entre esta firma y la alemana Daimler-Benz en 1998.
El juicio que se sigue en Estados Unidos por la demanda del millonario Kirk Kerkorian contra los responsables de la fusión entre Daimler-Benz y Chrysler, que dio lugar en 1998 al grupo DaimlerChrysler, se reanuda hoy tras permanecer suspendido durante más de dos meses.
El proceso, instruido por un juez de Wilmington, una pequeña población de la costa este en el estado de Delaware, volverá a iniciarse con la segunda comparecencia ante el tribunal del presidente de DaimlerChrysler, Jürgen Schrempp, quien en su primera declaración negó todas las acusaciones del demandante. Kirk Kerkorian, antiguo accionista de Chrysler, acusa a los responsables de la creación de DaimlerChrysler, en 1998, de haber presentado la operación como una "fusión entre iguales" cuando, a su juicio, Daimler-Benz absorbió Chrysler para convertirla en una filial. Su acusación se basa en unas declaraciones de Schrempp al diario 'Financial Times' a finales de 2000, en las que reconocía que el objetivo de los alemanes era convertir Chrysler en una filial.
Por los daños derivados de la operación, el multimillonario reclama una indemnización de miles de millones de dólares. Este juicio fue suspendido el pasado 16 de diciembre, después de que los abogados de DaimlerChrysler aportaran nuevos documentos, principalmente unos manuscritos del ex director financiero de Chrysler Gary Valade.
Boxeador y millonario con pasión por Hollywood
Kirk Kerkorian, de 86 años, es un ejemplo clásico de hombre hecho a sí mismo. Descendiente de emigrantes armenios, abandonó pronto la escuela y se ganó la vida como boxeador, repartidor y vendedor de coches.Posteriormente fue piloto de aviones y llegó a fundar una compañía de vuelos chárter especializada en el traslado de celebridades y deportistas a Las Vegas. Gracias a esa firma hizo importantes contactos que le fueron muy útiles en su carrera de inversor. En esta nueva faceta, Kerkorian logró un gran éxito acompañado de una dudosa reputación. Su falta de escrúpulos le valió el apodo de Termiator. Sus inversiones no pasaron nunca desapercibidas: compró y vendió un par de veces los estudios MGM. También intentó absorber la totalidad de Chrysler, de la que llegó a controlar casi un 14%. Desde 1982 aparece en la lista de los más ricos que elabora la revista Forbes y actualmente se encuentra entre los 30 más acaudalados de EE UU, con una fortuna de 7.800 millones de dólares. Kerkorian tiene dos hijas y ha estado casado tres veces. La última vez sólo duró un mes.