Dimite el presidente de Volvo por desavenencias con el accionariado
Abandonar una empresa por desavenencias con sus accionistas empieza a ser una constante en la carrera de Lars Ramqvist. El presidente del fabricante sueco de autobuses y camiones Volvo presentó ayer su dimisión al frente de la compañía después de haber perdido el respaldo del consejo.
æpermil;sta es la tercera vez que le sucede algo parecido a Ramqvist. Anteriormente, las empresas fueron Ericsson y la aseguradora Skandia. La situación del directivo llevaba tiempo cuestionada, incluso desde que ocupaba la presidencia de la aseguradora Skandia, que compaginó durante un tiempo con la de Ericsson y la propia Volvo.
'El comité de designaciones de Volvo me ha informado de que hay accionistas suecos en la compañía, sobre todo algunos accionistas institucionales, que no tenían confianza en mí como presidente', afirmó ayer Ramqvist en un comunicado de prensa. Su puesto lo ocupará Finn Johnsson, su actual homólogo en la compañía sueca Molnlycke Health Care.
En la decisión de Ramqvist también pesaron los resultados obtenidos en 2003. Y eso que el beneficio se incrementó a 5.687 millones de coronas (623 millones de euros) desde los 2.013 millones de coronas (220 millones de euros) de 2002. Sin embargo, un mal cuarto trimestre, lastrado por el tipo de cambio, que dañó el negocio en EE UU (su segundo mercado), hizo que el beneficio bruto se quedase en 1.600 coronas (151 millones de euros), frente a las 1.800 previstas.
Las malas noticias para Volvo no se quedaron aquí. La compañía ha reconocido que aún no ha encontrado comprador para el 45,5% que posee en su rival Scania. Esta participación ha dejado de ser estratégica para Volvo, una vez que la UE rechazó su absorción en 1999. La multinacional ha anunciado que venderá en Bolsa la mitad de esta participación si no encuentra un comprador hasta el 23 de abril. Los títulos de Volvo cayeron un 4,6% en la sesión de ayer, aunque llegaron a perder el 8%, la mayor caída en cinco años.