Cristal líquido para sus ojos
El año pasado se vendieron en España alrededor de dos millones de monitores informáticos y la mitad fueron pantallas delgadas. Es decir, de las que emplean tecnología de cristal líquido. Parece que los viejos y enormes monitores de tubo están pasando a mejor vida. Y, lo que es mejor, están dejando, por fin, espacio en nuestra mesa de trabajo.
Sin embargo, la venta de pantallas delgadas podía haber subido mucho más. El problema es que, en las pasadas Navidades, hubo problemas de suministro. En concreto, las de 15 pulgadas desaparecieron literalmente de casi todas las tiendas. El principal motivo de esta situación ha sido el éxito arrollador en las ventas provocado por la bajada de precios. Un descenso que ha colocado estos monitores en el punto de mira del usuario medio de informática. Pero, además, cada vez se venden más los ordenadores portátiles con panel de 15 pulgadas.
Los fabricantes de televisores también se han interesado por las pantallas de cristal líquido económicas de 15 pulgadas. Añadiendo un sintonizador y algunas tecnologías en la mejora de la imagen, los han empezado a ofrecer como pequeños televisores delgados para un dormitorio, un cuarto de estar o, incluso, para la cocina.
Al final, ha crecido la venta de ordenadores portátiles y de televisores delgados, pero han quedado menos paneles de cristal líquido para fabricar monitores informáticos.
Este exceso de demanda no satisfecha de monitores de 15 pulgadas ha provocado un ligero aumento de los precios. Hasta hace unos meses era sencillo encontrarlos por menos de 300 euros. Ahora, los más económicos rondan los 350 euros, lo que ha provocado un crecimiento inesperado en la venta de pantallas delgadas de 17 pulgadas.
El hecho es que, a la hora de elegir un modelo de cristal líquido, lo primero es concretar el tamaño. Los monitores de 15 pulgadas son los más económicos y los más vendidos, pero en estos momentos tienen una mejor relación calidad/precio los de 17 pulgadas.
Una vez definido el tamaño, hay que tener en cuenta dos aspectos relacionados con la calidad de imagen, el brillo y el contraste. Un valor alto de contraste permite un mayor degradado de colores y una visión perfecta en condiciones de mucha luz. Es recomendable que alcance como mínimo la relación 300:1. El brillo se mide en candelas (Cd) por metro cuadrado y los últimos monitores no bajan de las 250 Cd/m2.
Otro punto que hay que valorar es el tiempo de respuesta. Se mide en milisegundos y cuanto menor sea su valor, más rápido será el monitor a la hora de mostrar imágenes en movimiento. Es decir, será mejor a la hora de ver vídeos, películas en DVD o imágenes de TV en la pantalla del ordenador.
Una vez contemplados estos detalles podemos valorar otros aspectos como la presencia de elementos ergonómicos o multimedia en la pantalla. El monitor ideal se puede regular en altura y gira en horizontal y vertical. La presencia de altavoces integrados es otro punto que también hay que valorar, aunque, en general, suelen ofrecer una calidad de sonido muy baja.