De profesión, opositor
De ocho a diez horas diarias de estudio, seis días a la semana, con 15 días (como mucho) de vacaciones al año. Este es el plan de vida, durante una media de tres años, de un opositor. O mejor, opositora, ya que la mayoría de los aspirantes a un trabajo en la Administración son mujeres de entre 18 y 35 años. En este tiempo, viven pendientes de las convocatorias, de los plazos para presentar instancias, de las listas de admitidos y rechazados, de los cambios en la materia de estudio y en el tipo de examen. Un camino duro premiado con un trabajo de funcionario.
'Voluntad, constancia y disciplina', son las tres virtudes que debe reunir un opositor. Lo dice un fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que ha formado parte de un tribunal examinador. 'El sistema para evaluar es imperfecto, porque la perfección es difícil. Pero nada ayuda que cada poco se cambie el tipo de pruebas y se echa en falta mayor capacitación de los examinadores. En muchas ocasiones se aprueba o se suspende por el juego de la oferta y la demanda de plazas', afirma. Ángeles Bernal es profesora del instituto Virgen de la Paloma de Madrid y también ha participado en un tribunal de oposiciones. 'Habría pagado por no ir', afirma, 'pero es cuestión de azar, ya que, salvo el presidente del tribunal, el resto somos elegidos por sorteo'. Los 1.200 euros que más o menos recibió en 2002 por estar un mes examinando a unos 130 candidatos 'no compensan', aclara.
Al otro lado del tribunal están los protagonistas. No existen datos oficiales sobre el número de opositores que hay. Pero lo que sí han notado en dos de los centros de referencia en España en la preparación de oposiciones, el Centro de Estudios Financieros (CEF) y Adams, es el aumento de candidatos en el último año. Para Ángela de las Heras, jefa de estudios del área de oposiciones del CEF, 'cuando el mercado laboral va bien notamos que sube la demanda de másters y baja la de oposiciones. Ahora estamos en un periodo de auge de las oposiciones'. En Adams relacionan el aumento de los opositores con la mayor oferta de empleo público. 'En 2003, la oferta de empleo público del Estado y también la de la Comunidad de Madrid fueron de las más altas de los últimos años', afirma Paloma Miña, de Adams. En 2003, para la Administración del Estado se convocaron unas 4.800 plazas, de las que 3.708 eran de funcionarios.
La empresa privada también demanda estudiantes de oposición
En febrero, salvo excepciones, hay que estar pendiente de los Boletines Oficiales del Estado y de las comunidades autónomas porque es cuando se publican estas ofertas, a las que hay que sumar las de los ayuntamientos. Las convocatorias en todo el Estado son centenares. Al elegir una oposición, Ángela de las Heras aconseja sopesar la regularidad con que se convocan, el número de plazas que se ofrecen en relación con las instancias que se suelen presentar y que su preparación también capacite al alumno para acceder al sector privado. 'Sin tener experiencia laboral, el opositor tiene un sistema y una organización del trabajo muy valorada por las empresas, sobre todo por las auditoras, consultoras y despachos de abogados', explica.
Angélica Coiduras ha estado opositando durante seis años. 'La oposición de técnico superior de la Administración se saca en menos tiempo, pero desde que empecé a estudiar hasta la primera convocatoria pasaron cuatro años', señala. Angélica responde al prototipo de opositor. Al terminar la licenciatura empezó a estudiar ocho horas al día durante seis días y su objetivo estaba claro: 'quería un empleo fijo con buen horario'. Una vez a la semana Angélica acudía a un preparador a 'cantarle los temas'.
Enrique Wucherpfennig, inspector de Hacienda, lleva 12 años como preparador de la oposición a inspección y a interventor y auditor del Estado. Su misión consiste en comprobar, semana a semana, que el opositor sabe la materia 'y que sabe expresarla', señala Wucherpfennig. 'Somos duros porque tenemos que imponer como un tribunal de oposiciones, pero también somos un poco psicólogos porque el opositor está muy solo y debe saber que alguien le apoya'.
Opositores con experiencia laboral
Demasiadas horas de trabajo en un ambiente excesivamente competitivo y sin tener muy claro si lo que se hace es exactamente lo que a uno le gusta son algunas razones por las que se vuelve al mundo del estudio desde la vida laboral. Es el caso de Antonio Romera. Tiene 32 años y una experiencia en la empresa privada de siete años en la dirección financiera. Ahora prepara oposiciones para el Banco de España. 'Creo que siempre he tenido más vocación de servicio público que de colaborar al beneficio de una empresa privada y, la verdad, no me ha costado tanto coger el hábito del estudio', dice. Romera apuesta duro por la oposición y descarta volver a enviar currículos.La jefa de estudios del CEF cree que esta vuelta a los libros ha sido significativa entre los licenciados en telecomunicaciones. 'La crisis de las telecos ha dejado en la calle a muchos que han optado por preparar oposiciones a sistemas y tecnologías de la información', señala. Son opositores especiales, de más de 30 años y con alta capacitación, que han estado cobrando sueldos muy altos. 'No es fácil para ellos', señala De las Heras.