ACS, FCC, Ferrovial y Corsán se llevan las nuevas autopistas
Álvarez-Cascos cerró ayer el libro de las grandes adjudicaciones del Ministerio de Fomento durante su mandato. Tras anunciar la víspera, de forma inesperada, su retirada tras 25 años de intensa carrera política, su equipo de confianza adjudicó el mayor paquete de concesiones de autopistas licitado por el Estado en un solo paquete: 320 kilómetros de trazado y 1.900 millones de euros de inversión.
Y fiel a su estilo, Álvarez-Cascos dio paso a empresas constructoras de mediana dimensión, neófitas en el negocio de las concesiones de infraestructura, pero que han acudido al concurso con propuestas competitivas.
Así, el consorcio liderado por Corsán-Corviam, aliada con Comsa, Azvi y Sando, explotará durante 36 años la autopista Madrid-Toledo. Es sin duda la gran sorpresa del concurso, ya que el resto de ganadores de esta licitación sí entraba en las quinielas que habían hecho casi todos los aspirantes.
Un grupo de medianas constructoras logra la Madrid-Toledo
Además, la autopista que enlazará la capital de España y la de Castilla-La Mancha es una de las que tiene más potencial de rentabilidad del paquete sacado a concurso, junto a la de Ocaña-La Roda.
A su vez, tres concesiones van a parar a los grandes grupos constructores, acompañados de socios financieros o de grupos meramente concesionarios. En concreto, ACS y Abertis construirán y explotarán la circunvalación de Alicante; Ferrovial y Europistas, la autopista Ocaña-La Roda, prolongación de la Radial IV, Madrid-Ocaña, también controlada por el grupo de la familia Del Pino, mientras que FCC, Ploder y Autopista del Sureste, se encargarán de construir y explotar el tramo entre Cartagena y Vera (Almería).
En total, las cuatro concesiones adjudicadas suponen una inversión aproximada de 1.700 millones y suman 300 kilómetros.
La quinta concesión en disputa, el tramo Parbayón-Zurita, en realidad una circunvalación de Santander, queda desierto al situarse todas las ofertas fuera de las condiciones fijadas en el pliego. Desde un primer momento los grupos aspirantes consideraron este proyecto poco viable. Al final pujaron por él siete grupos pero ninguna de sus propuestas ha convencido a la mesa de contratación. Ahora se abrirá un procedimiento negociado con los siete para adjudicar la concesión a aquel grupo que mejore su propuesta lo suficiente para satisfacer al Ejecutivo.
Más allá de la sorpresa que ha dado Corsán-Corviam, la adjudicación a Ferrovial estaba bastante descontada, dado su interés por completar el corredor de la R-IV. Esta nueva autopista es la octava del grupo en España y la decimoséptima de su cartera total.
También ACS y Abertis han echado el resto para llevarse la prolongación de la autopista A-7, que explota Aumar, filial del grupo concesionario catalán. De todos modos, este consorcio también estaba muy interesado en la Madrid-Toledo. Finalmente, FCC logra entrar en su tercera gran concesión en España después de las radiales de Madrid III y V.
Acciona, Sacyr y OHL, perdedores
La resolución del Ministerio de Fomento ha dejado sin recompensa a tres de los seis grandes grupos constructores del país: Acciona, Sacyr y OHL. El ministro ha dado paso a una oferta de grupos medianos y a tres de los grupos más grandes del sector: ACS, Ferrovial y FCC. Las otras tres empresas que forman parte del selecto club de los líderes de la construcción se quedan fuera de juego pese a que tanto Acciona como Sacyr, que acudía en consorcio con sus filiales Empresa Nacional de Autopistas e Itinere, ofertaron por todas las autopistas en licitación.OHL, que antes de este concurso había sido el último adjudicatario de una autopista del Ministerio de Fomento, los accesos al aeropuerto de Barajas, había concurrido a cuatro de los cinco proyectos.Además, Sacyr había realizado unas ofertas económicas muy agresivas y Acciona, que había forjado alianzas puntuales con socios locales, se había situado bien en un par de autopistas.Tampoco han tenido premio otros dos grupos de empresas nuevas en este tipo de proyectos de promoción privada de infraestructuras, el configurado por Constructora San José, Aldesa, Copisa y Bruesa, y el que han conformado Elsamex, Copcisa, Técnicas Reunidas, Puentes y Calzadas y Sener. Este último licitó sólo por la circunvalación de Santander, por lo que todavía tiene la oportunidad de llevarse el proyecto en la fase de procedimiento negociado que ahora se abre.
Atentos a
El PP quiere completar el plan de autopistas actual e incluso ampliarlo con nuevos corredores. El PSOE, en su programa, invoca a la participación del sector privado desde un espíritu de cooperación para desarrollar las infraestructuras del país.
A la espera de las elecciones generales
Constructoras y concesionarias piensan ya en las nuevas oportunidades que pueden surgir una vez concluida la primera batalla por el segundo plan de autopistas del Gobierno del PP. En todo caso, los siguientes capítulos de esta pugna por un mercado creciente, el de la promoción privada de infraestructuras de transporte, está condicionado por el resultado de las próximas elecciones generales. El escenario será distinto si gana el Partido Popular o el PSOE el 14 de marzo, aunque no parece que finalmente difiera en demasía.El PP pretende completar el segundo plan de autopistas ahora iniciado y además quiere añadir nuevas autopistas a las ya previstas en el programa actual, que son Soria-Tudela, Toledo-Ciudad Real-Nacional IV, y Alto de las Pedrizas-Málaga.De momento, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha solicitado la ejecución de la Radial I y la Radial VI. Asimismo, el modelo de las autopistas de la capital de España podría extenderse a otras grandes ciudades del país que sufren la saturación de sus accesos.Por su parte, el PSOE en su programa electoral invoca a la cooperación con el capital privado para el desarrollo de las infraestructuras del país, 'estimulando su participación desde un espíritu de cooperación'. Las fórmulas de promoción privada aplicadas en el Metro de Sevilla o el que próximamente se adjudicará en Málaga podrían extenderse a otros ámbitos de competencia estatal, al igual que sistemas de pago diferido de carreteras, como el peaje en sombra.