Competencia evita fijar culpables del precio de los alimentos y continuará la investigación
El Servicio de Defensa de la Competencia (SDC) ve "lógica" la subida de los alimentos frescos registrada el pasado año pero continuará estudiando la cadena de distribución de determinadas frutas y hortalizas ante posibles prácticas que vulneren la libre competencia del mercado, según anunció hoy su director general, Fernando Jiménez Latorre.
La evolución de los precios de las frutas y hortalizas es "coherente" con la de las variables que influyen en la fijación de precios, según las conclusiones preliminares de la investigación sobre la distribución de esos alimentos que lleva a cabo el Servicio de Defensa de la Competencia. El estudio muestra que los precios en origen, en la red de mercados centrales y en distribución minorista, así como sus correspondientes márgenes, fluctúan en paralelo, aunque detecta cierta asincronía entre los precios de venta al público y los Mercados.
El director general de Defensa de la Competencia, Fernando Jiménez Latorre, que presentó hoy el informe, ha señalado insistió en que la investigación continúa, por lo que no se puede determinar todavía si se ha producido alguna conducta contraria a la libre competencia, pero reseñó que el Servicio no descarta ninguna conclusión.
El pasado octubre, el Servicio de Defensa de la Competencia comenzó de oficio un análisis sobre las diferentes etapas de producción y distribución de alimentos frescos para averiguar si el encarecimiento de los meses anteriores estaba o no justificado y determinar, en su caso, responsabilidades. Se centra en seis productos, cuatro hortalizas (tomate, lechuga, pimiento verde y judía verde) y dos frutas (pera y manzana), aquellos con peor evolución de precios y mayor peso en la cesta de la compra. Se han recabado los precios en los distintos mercados, evaluado los márgenes en cada escalón y analizar las variables reales que influyen en el precio final.
Entre los hechos constatados por la investigación destaca la elevada concentración geográfica de la producción hortofrutícola y la alta atomización de los operadores que, a su vez, tienden a la integración vertical y a la supresión de los intermediarios. En este sentido, destaca que cinco grandes cadenas de distribución (Carrefour, Eroski, Mercadona, Auchan y Caprabo) acaparan el 51,34% de la cuota de mercado.
En cuanto al reparto por tipo de establecimiento, aquellos que ofrecen atención personalizada (frutería tradicional y mercadillos) concentran casi la mitad de las ventas, el 48%, seguidos de los supermercados, con el cuarenta%, y los hipermercados, el doce%.
El Servicio reseña que los incrementos de precios a lo largo de 2003 de los productos analizados han sido "especialmente elevados" y destaca el paralelismo en las oscilaciones en algunos de ellos con los principales países europeos. Incide en que, aunque en el conjunto del 2003 la producción nacional de frutas y hortalizas fue similar a la del ejercicio previo, ésta se contrajo durante la ola de calor, mientras que los principales componentes de la demanda -consumo interno y exportaciones- mostraron una mayor fortaleza que en 2002.
Además, el Servicio cree que la importación no jugó un papel moderador de los precios, debido a su reducida proporción, en torno al ocho% de la producción nacional. Respecto a los márgenes en los distintos niveles de la cadena, el informe destaca que fluctúan en paralelo, aunque agrega que para algunos productos y en algunos meses existe una cierta rigidez a la baja de los precios en la red de Mercas respecto a los de origen y una cierta asincronía de los precios de venta al público y en los mercados centrales.
Los márgenes agregados medios en origen, medidos por la diferencia del precio que percibe el agricultor y el de venta en la red de Mercas, están entre el cuarenta y el noventa%, pero superan el cien por cien en algún producto y llegan hasta el doscientos% en el caso de la manzana en el mes de octubre. Asimismo, los márgenes medios en la última fase, que va de la red de Mercas hasta el público, oscilan entre el cuarenta y el setenta% y presentan mayor estabilidad que en la primera fase.
Jiménez Latorre señaló que el Servicio está verificando ahora "algunos aspectos puntuales" de la información proporcionada por las empresas, con un análisis detallado de la política de precios de las ocho grandes cadenas de distribución, y continuará con el expediente para comprobar si existen conductas contrarias a la libre competencia en la distribución de dos productos concretos, el tomate y la manzana.