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La Bolsa de Madrid regulariza su alquiler después de 15 años

El 7 de mayo de 1893 la reina María Cristina inauguraba el Palacio de la Bolsa, situado en la madrileña plaza de la Lealtad. El edificio, de estilo neoclásico, tardó 15 años en construirse. Los mismos que ha tardado la Bolsa de Madrid en resolver un contencioso sobre el alquiler del inmueble y que enfrentó al Estado y a esta institución en los tribunales. El Consejo de Ministros autorizó ayer, vía real decreto, el arrendamiento del palacio -propiedad de Patrimonio del Estado- a la Sociedad Rectora de la Bolsa de Madrid.

No se trata de una okupación en un sentido estricto. En 1923 el Estado alquiló el edificio a la Junta Sindical del Colegio de Agentes de Cambio y Bolsa. Dicha junta se extinguió en 1988, cuando la Ley del Mercado de Valores eliminó la figura del agente. A partir de ahí, la Bolsa interpretó que la Sociedad Rectora de la Bolsa de Madrid era heredera de la junta y subrogaba este contrato. Pero Patrimonio consideró que el arrendamiento quedaba cancelado porque el nuevo inquilino era una sociedad nueva y de carácter privado.

El Estado, como cualquier casero que se precie, quería elevar el alquiler del inmueble, cuyo precio fijado en 1923 era simbólico. En 1996 llegó a los tribunales, al presentar una demanda civil contra la Bolsa, en la que reclamaba los alquileres atrasados desde 1988, unos nueve millones de euros. Algo más de un millón de euros por ejercicio, un precio asequible teniendo en cuenta el valor artístico tanto de la fachada del edificio, de larga escalinata e imponentes columnas, como del patio de contratación, coronado por una cúpula de hierro y cristal. La demanda de Patrimonio fue admitida a trámite, pero posteriormente se trasladó a los tribunales de lo contencioso-administrativo, por entender el juez que se trataba de un asunto de interés público.

Patrimonio no había contratado el arrendamiento desde 1988, cuando se extinguió la Junta Sindical del Colegio de Agentes de Cambio y Bolsa

De por medio, las negociaciones emprendidas jamás llegaron a buen puerto. 'Ellos decían que se había extinguido el contrato y nosotros que no', resume un portavoz de la Bolsa de Madrid. Así, el caso encalló durante 15 años. Se llegó a barajar la compra del edificio por parte del inquilino, ya que, por ley, el Palacio de la Bolsa no se puede destinar a otro uso que no fuese la contratación de valores.

Su construcción se inició en 1878 y de ella se encargaron los agentes de cambio y bolsa de aquellas fechas. La financiación, no obstante, corrió a cargo de Estado. El préstamo se orquestó de forma que no se devolviese el principal y el edificio pasase a pertenecer al patrimonio público, mientras los agentes hacían uso de él. Así hasta que en 1923 se firmó el contrato de alquiler que funcionó durante 65 años y quedó en el limbo durante otros 15.

El contrato actual, cuya cuantía no ha sido comunicada, tiene una duración de 30 años y resulta 'ventajoso para ambas partes', según reza la nota emitida ayer tras el Consejo de Ministros, el último consejo ordinario de la legislatura. Asimismo, expresan 'su deseo de evitar la provocación de pleitos de resultado incierto'. Los pocos operadores que aún pululan por el parqué pueden, así, respirar tranquilos. No serán desalojados.

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