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CincoSentidos

Flores para el paladar

Aunque continúa siendo una práctica poco extendida y asimilada sólo por los restauradores más atrevidos, las flores comestibles ganan terreno poco a poco. Pensamientos, begonias, capuchinas o la más conocida flor de calabacín comienzan a entrar en las cartas de los restaurantes más prestigiosos del país como antes lo hicieron las distintas variedades de lechugas para animar las ensaladas.

La empresa familiar Pàmies Hortícoles, afincada en Balaguer (Lleida), es pionera en su producción y ha conseguido convertirse en el único proveedor nacional en la mayoría de lonjas del país. En sus inicios optó por las lechugas normales y los cogollos, para luego introducir las coles chinas, las plantas aromáticas como el cebollino y el perejil rizado y una extensa variedad de lechugas de color. Desde hace unos ocho años cultiva flores comestibles y miniverduras de tamaño reducido como berenjenas o pimientos destinados a acompañar carne o pescados.

Josep Pàmies asegura que la diversificación de productos ha sido la gran apuesta de la empresa, así como 'buscar la máxima rentabilidad con una producción y previsiones de producción siempre a la baja en un intento de ser prudente porque es la única forma de sobrevivir en el mundo de la agricultura'.

La empresa dispone en Balaguer de una hectárea dedicada al cultivo de las flores y otras 12 hectáreas para la producción de lechugas y miniverduras. Los aumentos progresivos de la demanda han motivado que Pàmies Hortícoles establezca pactos de colaboración anuales con agricultores de la zona que, actualmente, cultivan otras 20 hectáreas para poder atender la demanda apostando también por cultivos alternativos en lugar de las hortalizas tradicionales.

El 80% de la producción se destina a la restauración y el 20% restante a tiendas especializadas y grandes superficies aunque, según Josep Pàmies, uno de los propietarios, 'nuestra prioridad es la venta a restaurantes porque aprecian la calidad frente a las cadenas de alimentación cuya relación con el pequeño productor es de abuso total'.

La empresa produce unos 4.000 kilos de flores comestibles y sus ventas por este y otros productos se situaron en 1,5 millones de euros en 2002. Para dar a conocer las posibilidades culinarias de las flores, la empresa prevé organizar en 2004 unas jornadas gastronómicas en Balaguer.

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