El déficit fiscal francés sube un 11% hasta noviembre y supera el 3,6% del PIB
El déficit sigue siendo a principio de año el protagonista de la agenda del Gobierno francés. El déficit presupuestario se agravó un 11% durante los once primeros meses de 2003, hasta alcanzar los 65.060 millones de euros, frente a los 58.570 millones registrados en el mismo periodo del año anterior.
Pese a la promesa inicial del ministro de Economía, Francis Mer, de reducir el déficit por debajo del fatídico 3% del producto interior bruto (PIB) en 2004, éste será el ejercicio en el que Francia incumpla el Pacto de Estabilidad por tercer año consecutivo, con un déficit anunciado del 3,6% del PIB. El compromiso ha quedado aplazado hasta 2005.
La negativa del titular galo de Economía a principio de año a imponer una política de rigor a los franceses, fuente de no pocos conflictos internos en el seno del Gobierno, pronto evolucionó hacia una estricta política del gasto de la mano del ministro de Presupuesto, Alain Lambert.
'Haré todo lo que esté en mi mano para que no se gaste ni un euro de más en 2003 que no haya sido autorizado por el Parlamento', declaró entonces. Las cifras sobre la situación presupuestaria presentadas ayer por el Ejecutivo arrojan un crecimiento del gasto del 0,8% durante el año, después del 1,3% registrado a finales de octubre.
Una 'ralentización' esperada, según el Gobierno. Excluida la carga de la deuda, la progresión anual de los gastos del Estado se situó en noviembre en un 1% (1,1% a finales de octubre y 1,2% en septiembre), con lo que 'se confirma el control del gasto', según afirmó el Gobierno en un comunicado.
Frente a la degradación de las cuentas públicas, el Ejecutivo francés apuesta por seguir adelante con la reducción de impuestos para relanzar la economía y crear empleo.
En su primera intervención del año, el presidente Jacques Chirac anunció la interrupción durante 18 meses del impuesto aplicado a las inversiones de las empresas, en un fuerte reto político de cara a las elecciones regionales de marzo. El objetivo, 'establecer una recuperación sana y duradera', según arguye. La exoneración de este tributo se añadirá al recorte del 3% del impuesto sobre la renta anunciado en 2003.
Por otra parte y en plena euforia de rebajas, que en Francia dieron ayer el pistoletazo de salida, el índice de confianza de los franceses no presenta buenos síntomas. La última encuesta publicada ayer por el Instituto de Estadística muestra una degradación de la opinión sobre la situación financiera actual de los hogares, de su capacidad futura de ahorro y de su oportunidad de compra.