Telefónica echa el cierre a Moviline tres años antes de lo previsto
Telefónica Móviles tenía licencia para seguir operando Moviline hasta el 1 de enero de 2007, pero a la vieja telefonía analógica le han salido muchos competidores. Desde 1995 ya existe tecnología celular digital, encarnada por Movistar y Vodafone, y un desarrollo posterior en la banda 1.800 al que se unió Amena. El GPRS es ya una realidad, el i-mode ha llegado a España y el UMTS está en fase precomercial. Demasiadas ofertas para seguir conservando un servicio muy poco avanzado tecnológicamente, con pocas prestaciones, con problemas para encontrar terminales y con cada vez menos clientes.
La idea de cerrar Moviline antes de tiempo ya rondaba por Telefónica Móviles desde hace tiempo, pero hasta hoy no será un hecho. La operadora hizo una solicitud formal al Gobierno para adelantar tres años el fin del servicio y el Ejecutivo ha dado su visto bueno. La resolución es del 19 de diciembre y ayer se publicó en el BOE. Moviline morirá con el año 2003.
A pesar del tamaño de los terminales, de las pocas prestaciones -es imposible mandar mensajes de texto- y de la ausencia de iniciativas comerciales para la captación de clientes, Moviline tiene todavía entre 35.000 y 40.000 usuarios, tanto particulares como de empresas. Y en ellos ha centrado Telefónica Móviles su comunicación desde que supo que podía poner término al servicio.
La comunicación de la operadora está siendo muy cuidadosa, como también lo han sido las cautelas que ha impuesto el Gobierno para aceptar el adelanto y minimizar el cambio a los abonados.
Los clientes tienen hasta el 31 de enero para saltar a la tecnología digital y podrán hacerlo sin cambiar de número vayan a la compañía que vayan. Si están abonados a la modalidad prepago, el saldo se les conservará, y todo apunta a que las operadoras, en especial Telefónica Móviles, les plantearán una oferta especial para dulcificar el trámite.
En sus comunicaciones, Telefónica Móviles hace hincapié en la obsolescencia de la tecnología y el Gobierno lo ratifica en su resolución. También alude el Ejecutivo a su uso residual. Los menos de 40.000 clientes actuales son un número considerable, pero palidecen comparados con los más de 19 millones de usuarios que tiene la operadora en otras tecnologías.
Y es que no hay duda de que Moviline está muy lejos de sus mejores momentos. Entre 1998 y 1999 llegó a superar el millón y medio de abonados, el máximo que permitían sus redes, pero los SMS, los terminales con juegos y las nuevas tecnologías han ido seduciendo a la mayoría de sus usuarios.
El reparto del espectro tendrá que esperar
¿A quién pasarán ahora las frecuencias que quedan libres con la desaparición de Moviline? El Gobierno, a través de la resolución que adelanta el fin del servicio, no contesta a ello. El documento se limita a dejar claro que nada obliga o implica el reparto entre las actuales prestatarias de la tecnología GSM. Telefónica Móviles y, por extensión, Vodafone y Amena tendrán que esperar a la planificación del Cuadro Nacional de Atribución de Frecuencias para saber la respuesta. El espectro sobrante incluso podría ser concedido a otra operadora, como en su día se planteó Anna Birulés, ex ministra de Ciencia y Tecnología, en una decisión a la que luego dio marcha atrás.