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Rosa García

'El trabajo de los ejecutivos es muy poco glamuroso'

Desde hace año y medio es la consejera delegada de Microsoft Ibérica, a la que se incorporó en 1991. Hace ocho años, esta licenciada en Matemáticas fue elegida para trabajar al lado del presidente, Steve Ballmer. Ha sido premiada por la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe).

Sonríe mucho y al instante de conocerla, aunque una gripe la acompañe, es capaz de transmitir con toda naturalidad su entusiasmo. Cuando hablas con Rosa García, madrileña de 39 años, es como si lo hicieras con una profesora. Es didáctica, soñadora y entusiasta. Pero sobre todo es muy agradecida con la empresa que dirige, Microsoft Ibérica. No escatima elogios para los suyos.

pregunta ¿Por qué se dan premios a las mujeres, por moda o porque realmente merecen ese reconocimiento?

respuesta Yo me pregunto por qué a mí. Creo que en mi caso nos premian porque represento a 400 colaboradores y porque al jurado le gusta nuestra misión. Tenemos unos valores de dirección ética, pasión por los clientes, tenemos una empresa rentable y eficaz.

P. ¿Cómo se consigue ser ejecutiva dentro de una multinacional?

r. Con mucha suerte. Es una empresa transparente donde la diversidad es muy importante. Cada vez que hay un puesto vacante se hace público. Lo que busca una empresa como Microsoft no es a la persona que más sabe en un determinado tema, sino a aquella que aplica los valores de la empresa y tiene talento para saber asumir riesgos, que sea perfeccionista, que esté siempre en un continuo aprendizaje. Yo durante los cinco primeros años estuve desempeñando un cargo en la dirección técnica. Más tarde pasé al departamento de estrategia, también llevé proyectos de marketing y más tarde fui nombrada consejera delegada.

P. ¿Hay un estilo de gestionar propio de mujeres?

r. El talento es cosa de todos. No creo que haya de estilo de dirección propio de la mujer. Creo que no se puede generalizar porque se dice que los hombres no saben escuchar y los hay que sí saben. Lo que sí existe en la sociedad española es una discriminación salarial de la mujer. A pesar de que el 59% de las universitarias son mujeres, el paro es el doble y hay muy pocas mujeres directivas. Todavía tenemos un largo camino por recorrer. Se habla de una dirección ética y ahí es donde nosotras tenemos un papel que desarrollar. Hay que quitar el miedo a los empresarios para que fomenten el desempeño de cargos directivos por parte de mujeres. Lo bueno que tenemos es que nosotras nos damos consejos las unas a las otras. Las que estamos ocupando un puesto directivo podemos servir de ejemplo, de que se puede llegar.

P. ¿Y qué consejos se dan?

r. Yo aconsejaría a una mujer que busque un sector que la atraiga. Y que en el trabajo y para desarrollar una carrera profesional hay que poner sobre todo pasión. A mí de mi trabajo me apasiona el poder aplicar la tecnología a la vida de la gente, pero sobre todo poder aplicarla a la vida de los niños. Hay muchas mujeres que deciden estudiar una carrera universitaria en función de la tasa de paro. La segunda cualidad que creo necesaria es la honestidad, que cuide a sus compañeros, sobre todo cuando vaya en el camino ascendente porque luego te los encontrarás en el camino descendente. También es importante que trabaje duro. En contra de lo que parece, el trabajo de los directivos es muy poco glamuroso. Las mujeres no nos aprovechamos de nuestros puntos fuertes. En cambio, nos quejamos de estar discriminadas, pero no pensamos en cómo debemos mejorar. Yo reconozco que he tenido mucha suerte en Microsoft.

P. ¿Por qué?

r. Porque no me ha resultado ni más fácil ni más difícil que a un hombre. Microsoft es como una torre de Babel, con gente de muchísimos países. Hay más transparencia. No importa lo de fuera, sino lo que hay dentro. Es una empresa que si tienes talento el cielo es tu límite. Por ejemplo, cuando tuve a mi primer hijo decidí salir de trabajar a las siete de la tarde. Lo bueno es que entienden que hay momentos en los que tienes necesidades y lo comprenden.

'Las mujeres nos quejamos de estar discriminadas pero no pensamos en cómo podemos mejorar'

Una ejecutiva curiosa y didáctica

Sólo habla maravillas de Microsoft y reconoce estar 'enamorada' de la compañía a la que se incorporó en 1991. Rosa García considera que trabaja en una empresa que ella califica de 'muy juvenil'. Pero si tiene que criticar algo es que en algún momento, dentro del frenético trabajo al que estaban sometidos por perfeccionar su software, 'se nos olvidó comprometernos con la sociedad'.Ahora están despertando. 'Reconocemos que lo hicimos mal y ahora somos mucho más accesibles y estamos más comprometidos', señala. No aspira a ser la ejecutiva perfecta y aplica su particular modelo para compatibilizar vida profesional y personal. Es madre de dos hijos y considera a la familia como una sociedad compuesta por cuatro miembros con unos deberes y unos objetivos concretos. 'Somos una familia diferente. Todos tenemos que arrimar el hombro'.Se define como una ejecutiva curiosa, muy didáctica: 'Procuro ayudar a las personas a descubrir su propia verdad'. García asegura que tiene templanza y jamás pega chillidos. 'Si por gritar fuéramos a vender más sería fácil. Se trata de trabajar más sin perder la calma'. Y asegura que algún día le gustaría ver cumplido su sueño de convertir su pasión por la educación de los niños en una realidad y reciclarse en profesora. 'Puede que algún día decidan que no soy la mejor consejera delegada, pero mientras me siga divirtiendo trabajaré al cien por cien'.

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