Bruselas investiga a las aerolíneas por fijar precios distintos según el país del cliente
La Comisión Europea (CE) ha pedido a 18 compañías aéreas, entre ellas Iberia y Spanair, que expliquen su política de venta consistente en establecer precios diferentes para los mismos vuelos y servicios dependiendo del país de residencia del comprador.
Bruselas, que no ha abierto expediente de infracción por el momento, considera que estos hechos pueden discriminar a los viajeros según su nacionalidad o residencia, lo que atenta contra el espíritu del mercado único. Según la CE, Las diferencias de precio pueden llegar a variar hasta en un 300%, dependiendo de dónde se compre el billete.
El Ejecutivo comunitario ha decidido estudiar esta situación después de haber recibido 'varios centenares de denuncias' por parte de ciudadanos europeos que aseguran haber sido objeto de discriminación al comprar billetes de avión, especialmente vía Internet, según explicó ayer el portavoz europeo de Transportes, Gilles Gantelet. El primer paso emprendido por la Comisión ha sido el envío de una carta a cada una de las 18 compañías que está analizando en la que pregunta si incurren en esta práctica y, en caso, afirmativo, los motivos por los que lo hacen. Según la CE, este tipo de prácticas no se dan en ninguna de las aerolíneas llamadas de bajo coste.
Aparte de Iberia y Spanair, las compañías que están siendo objeto de análisis por parte de la Comisión Europea son Aer Lingus, Air France, Alitalia, Austrian Airlines, British Midlands, Finnair, KLM, Lufthansa, Luxair, Meridiana, Olympic Airways, SAS, SN Brussels Airlines, TAP y Virgin Atlantic.
Las aerolíneas tienen hasta el próximo día 29 de febrero para aportar la información solicitada por Bruselas, que estudiará los datos y decidirá si es necesario emprender otro tipo de acciones.
El portavoz de transportes explicó que no se trata de investigar las reglas comerciales que aplican las compañías en lo referente a fijar precios diferentes en función de la antelación con la que se adquiere el billete, que sí es una práctica compatible con las normas comunitarias.