Sorprendente Madrid
En una denominación de origen tan joven como la de Vinos de Madrid sin duda sorprende encontrar una bodega con tan largo pasado vinícola como la de Jesús Díaz, donde la familia propietaria lleva generaciones elaborando buen vino con un mismo lema: poca producción, pero muy cuidada.
Su origen se remonta al siglo XIX, cuando la desamortización de Mendizábal permitió a Florentino Mingo adquirir parte de un convento franciscano del siglo XIV situado en Colmenar de Oreja. Allí iniciaría la elaboración de vinos a granel exclusivamente destinados para suministro de las tabernas madrileñas.
La historia de la bodega daría un importante giro en 1951, cuando Jesús Díaz, marido de la nieta de Florentino y de familia vinculada al vino, decide tomar las riendas del negocio familiar y comienza a elaborar buscando pautas de calidad novedosas en la zona. Pero el cambio llegaría a finales de los setenta, apoyándose en sus hijos.
Juan José Díaz, tras terminar sus estudios de Biológicas, Viticultura y Enología, se incorpora al proyecto y la bodega abandona la elaboración de vinos a granel para dirigirse hacia la producción de vinos embotellados (la del 79 sería la primera añada embotellada) absolutamente innovadores en esta zona madrileña. Fueron los primeros que apostaron por una presentación digna: éstos serían de los primeros vinos embotellados de la región, añadiendo corchos de calidad y cápsulas de plomo.
Con los años se incorporan nuevas generaciones: Pedro Antonio, otro de los hijos de Jesús Díaz, se ha unido al proyecto llevando la gerencia y la comercialización, así como su nieto José. Todos ellos con formación en viticultura y enología.
Hasta ese momento los vinos se elaboraban con uva adquirida a diversos viticultores de la zona, pero a mediados de los noventa la familia Díaz decide adquirir viñedos propios. En la actualidad cuentan con 9 hectáreas de viñedo acogido a la DO Vinos de Madrid, en la subzona de Arganda (sureste de la provincia), beneficiándose de un clima continental y una pluviometría de 461 mm anuales, la menor de toda la denominación.
Para que el fruto madure adecuadamente, muchas horas de sol, que no evitan las producciones cortas provocadas por la escasa fertilidad del terreno. Cultivan las variedades blancas malvar y moscatel de grano menudo, y en tintos, sobre todo tinto fino, complementado con un pequeño porcentaje de cabernet sauvignon y syrah. Para completar su producción cuentan con 26 hectáreas arrendadas (ellos mismos las cultivan, vigilan y vendimian) de viñedo viejo, con baja producción y frutos de alta concentración. Dentro de este arrendamiento se encuentran 7 hectáreas de tinto fino, con clones traídos de La Rioja, y una parcela de 1.000 cepas de moscatel.
Entre sus exigencias, vendimia manual y en cajas de 20 kg. que evitan la rotura del grano y en consecuencia fermentaciones no deseadas. Entre sus mayores valores, una espectacular cueva natural donde sus vinos se crían en un parque de barricas (200 unidades) de roble americano y francés.
Bodegas Jesús Díaz elabora varietales sorprendentes: el blanco malvar, un tinto joven varietal de tinto fino, su crianza Heredad Torresano y el original y novedoso dulce de uva malvar. Su producción se completa con un rosado de garnacha, un espumoso y su última propuesta, un vino moscatel de la añada 2003 elaborado a partir de viñas viejas.
JESæscaron;S DÍAZ Rosado. Cosecha 2003
Zona productora: DO Vinos de Madrid.Crianza: No tiene.Variedades: Garnacha.Cosecha: 2003.Temperatura: 8º C.Precio: 2,15 euros.Elaborado con la variedad garnacha, Jesús Díaz Rosado 2003 es un vino que presenta en cata un color rosa vivo muy limpio y brillante. Manifiesta muy buena intensidad aromática, con recuerdos de frutas como la frambuesa, la fresa y la cereza madura, así como un grato fondo dulzón de pastelería. Este rosado de Bodegas Jesús Díaz es suave y goloso a la entrada, muy buenas sensaciones frutales en mitad de boca y un posgusto largo donde salen los tonos frutales apreciados en nariz. Jesús Díaz Rosado 2003 será un perfecto acompañante de platos como el arroz con marisco.
HEREDAD TORRESANO Tinto. Crianza 1998
Zona productora: DO Vinos de Madrid.Crianza: 6 meses en barricas de roble. Variedades: Tempranillo.Cosecha: 1998 -muy buena-.Temperatura: 17º C.Precio: 3,61 euros.Heredad Torresano Crianza 1998 está elaborado exclusivamente con tempranillo y recibió una crianza de seis meses en barricas de roble. En cata presenta un color rojo granate, con ribete ligeramente atejado. Aromas de buena intensidad, donde aparecen muy bien integrados los tonos frutales con gratas notas de vainilla aportadas por las maderas de buena calidad. En boca es fresco, con paso de boca vivo y equilibrado y un buen carácter frutal bien ensamblado con los recuerdos especiados procedentes de su crianza en roble. Muy buen acompañante de platos como las gachas de matanza o las chuletillas de recental asadas al sarmiento.
Saber de vinos. Zonas vinícolas del mundo
UruguayEste pequeño país, envuelto entre las grandes dimensiones de sus vecinos Brasil y Argentina, vive el vino como una tradición que defiende y protege. Su gran estandarte, la uva tannat, perfectamente adaptada a las condiciones climáticas de Uruguay.En Uruguay la producción se estructura a través de pequeños viñedos familiares, estando presente en 15 de los 19 departamentos en los que se divide su territorio. Junto con el olivo, los colonizadores españoles trajeron las primeras cepas, que cultivadas en parral brindaban unos frutos perfectamente adaptados al clima de la zona. Así nacen los pequeños viñedos familiares, difundidos en la época hispánica de la historia de Uruguay y que sentó las bases de su actual viticultura.Variedades de prestigioUruguay es un país relativamente pequeño que guarda celosamente sus costumbres y sus tradiciones. Esta afirmación puede percibirse en su forma de amar el vino, en la pasión por sus variedades más arraigadas, como la peculiar tannat, y en el particular modo de elaboración. La historia de la viticultura uruguaya comienza con la introducción por los colonos españoles de la uva moscatel, que se cultivaba en espaldera para el consumo familiar. Pero no será hasta 1870 cuando se perfile empresarialmente el sector vitivinícola con comercio serio. En esta época se introducen nuevas variedades, como las europeas cabernet sauvignon, gamay, garnacha, barbera y nebbiolo para tintos; así como semillón y trebbiano para blancos. Hoy son múltiples las variedades del viñedo uruguayo, pero la tannat sigue siendo en este país lo que el malbec representa en Argentina, un cepaje insignia, auténtico, adaptado perfectamente a las condiciones climáticas de su país adoptivo.Viticultura. La viticultura uruguaya se caracteriza por la presencia de multitud de pequeños productores que basan su mano de obra en la familia. Esta premisa le ha dado un perfil más europeo, con pequeñas parcelas, usualmente no superiores en extensión a las diez hectáreas y con una elaboración cuidada, personal y dotada de cierta originalidad.Actualmente el viñedo uruguayo se extiende sobre unas 14.000 hectáreas que son cultivadas por algo menos de 4.000 viticultores, y la cifra global de producción ronda los 90 millones de litros, convirtiéndose en un importante referente a escala mundial.Áreas de producción.Zona sur: Situada en un radio de 50 km en torno a su capital, Montevideo. Es la región de producción tradicional, más antigua y que concentra la mayor parte del viñedo nacional. Zona suroeste: Marcada por un microclima provocado por la unión entre dos ríos, el Uruguay y el Paraná.Zona central: Acoge las regiones de Carpintería y El Carmen. Su clima y orografía propician vinos muy característicos.Zona noreste: Muy próxima al paralelo 31, el que acoge los famosos viñedos de Mendoza y Santiago de Chile.Zona norte: Llamada con el bucólico nombre de Bella Unión.
JESúS DíAZ Blanco. Cosecha 2003
zona productora: DO Vinos de Madrid. crianza: No tiene. variedades: Malvar. cosecha: 2003. temperatura: 8º C. precio: 2,15 euros.Jesús Díaz Blanco 2003 es un varietal de malvar, una uva cuya producción se ciñe exclusivamente al centro de la Península y que se caracteriza por otorgar vinos suaves y equilibrados. En la copa presenta un color amarillo pajizo, limpio y brillante. Despliega aromas de intensidad media-alta, con recuerdos de fruta fresca y tonos florales. En boca resulta ligero, frutoso, con acidez justa que le da una untuosidad muy bien integrada con el típico fondo amargoso de la variedad malvar. Es un vino que en la mesa acompañará perfectamente entrantes, como la ensalada de ventresca de atún y frituras de pescado.