Auto Retro, las joyas de los coches de colección
Si un aficionado a los coches de colección imaginara un paraíso, seguramente sería similar al salón Auto Retro Barcelona. No hay tantas oportunidades de ver juntos a 700 vehículos singulares. La edición de este año, que se celebra desde ayer hasta el próximo lunes en la Feria de Montjuïc, marca el inicio de la conmemoración del centenario de Hispano-Suiza, considerado por muchos la marca más prestigiosa de las nacidas en España.
Una de las joyas del salón es el Hispano-Suiza H6B de 1928, con carrocería de Ville Fleetwood. Para los no iniciados, este carrocero americano construyó menos de 10 unidades de esta insignia, lo que hace que se considere una pieza excepcional. Se vendería por 300.000 euros si Auto Storica, la firma propietaria, quisiera deshacerse de él. Así que, si el visitante quiere acceder a algo parecido, tendrá que conformarse con uno de los dos Hispano-Suiza K6 de 1935 con carrocería de Franay, por 200.000 euros. Es uno de los más lujosos, pero no el más antiguo. Este honor corresponde a un Ford T de 1908.
Muchos de los coches expuestos en el salón permiten además conjugar el placer de poseer un vehículo de coleccionista con una conducción con todas las comodidades de un coche de hoy: elevalunas eléctrico o aire acondicionado. Un buen ejemplo de esta tendencia sería un Jaguar MK2 de 1963 (110.000 euros) restaurado por Auto Storica.
La exposición barcelonesa puede satisfacer las aspiraciones de bolsillos más modestos. Para ello habría que dirigirse al que se podría denominar el apartado de clásicos populares: un Renault 4/4 de 1954, a la venta por 4.888 euros; un Gogomobil T400 S de 1959, por 8.500 euros, y el toque californiano de un Sunbean, por 6.500 euros.
El salón, que ocupa una superficie de 20.500 metros cuadrados, dedica un homenaje al carrocero catalán Pedro Serra, que desde los años treinta a los setenta trabajó de forma artesanal. Uno de sus diseños expuestos es el del Dodge Boulevard de 1973, un vehículo equipado con mecánica Barreiros.