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Fraude de fondos

El presidente de Invesco dimite ante las acusaciones de irregularidades en su gestión

La renuncia de Richard Strong como presidente de la empresa que lleva su nombre y las acusaciones contra Invesco Funds han escrito un nuevo capítulo en el escándalo que contamina la multimillonaria industria de los fondos mutuos en Estados Unidos. Strong se ha sumado a la lista de directivos que, forzados por las circunstancias, han abandonado su cargo en medio de acusaciones sobre irregularidades en la gestión de fondos mutuos, un sector que representa siete billones de dólares. El ex presidente y fundador de Strong Financial Corporation ha anunciado su dimisión en un intento de preservar los intereses de los inversores y garantizar el futuro de la compañía.

Strong, de 61 años, también ha renunciado como director ejecutivo de la empresa que fundó hace 29 años y de la que posee un 85%. El fiscal de Nueva York, Eliot Spitzer, le acusó de haber obtenido 600.000 dólares en beneficios en cinco años de transacciones irregulares con este fondo, que gestiona actualmente más de 40.000 millones de dólares. Los analistas consideran que su decisión tiene por objetivo ayudar a la compañía a superar la crisis que atraviesa como consecuencia del escándalo. En cuanto a Invesco y su gerente general, Raymond Cunningham, se unen a los individuos y entidades acusadas de prácticas dañinas para los inversores.

Al menos una docena de empresas son investigadas por las fiscalías de Nueva York y Connecticut, y por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (SEC), y varias cooperan con las autoridades. El ex director ejecutivo de Putnam Lawrence Lasser y los cofundadores de Pilgrim Baxter & Associates Gary Pilgrim y Harold Baxter, figuran entre los que recientemente han tenido que abandonar sus cargos como consecuencia del escándalo. æpermil;ste surgió a principios de septiembre, cuando Spitzer anunció que investigaba a diversos fondos por transacciones sospechosas que habrían perjudicado a sus inversores y facilitado millones de dólares en beneficios a algunos directivos y operadores.

Fue el mismo Spitzer quien anunció el martes la inculpación de Invesco, filial de la compañía inglesa Amvescap (una de las mayores firmas de gestión de activos en Europa) y su máximo ejecutivo. Según la fiscalía, la firma permitió que ciertos clientes realizaran más operaciones de las que autorizaban anualmente al resto de sus clientes, lo que a juicio de las autoridades se tradujo en pérdidas para estos últimos. El fiscal indicó que las operaciones cuestionadas implicaron el movimiento de unos 900 millones de dólares.

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