La industria intenta frenar las malas prácticas en la promoción
La industria farmacéutica ha tomado cartas en el asunto y se ha dispuesto a regular la promoción de los medicamentos. 'Hay un consenso absoluto en el sector sobre la necesidad de mejorar las prácticas de promoción', asegura Javier Urzay, director del Departamento de Servicio al Asociado de Farmaindustria.
Las compañías farmacéuticas quieren dar carpetazo a una zona oscura de la imagen que las presenta, por un lado, como excesivamente generosas y complacientes con los médicos que prescriben y, por otro, como feroces y despiadadas con la competencia.
En julio pasado se dio un nuevo paso con la inclusión de cinco medidas que endurecen el Código Español de Buenas Prácticas para la Promoción de Medicamentos que entrarán en vigor en la segunda mitad de 2004. Su objetivo: reducir al mínimo las malas prácticas en la publicidad y la promoción. Dichas medidas incluyen la puesta en marcha de un equipo de inspectores externos y el nombramiento de un responsable que tendrá potestad para abrir expedientes de oficio. En esta guerra la industria farmacéutica apuesta por la autorregulación, porque, según Rafael García Gutiérrez, vicepresidente de la Asociación para el Autocuidado de la Salud, esta vía garantiza 'la responsabilidad ante la ley de las compañías'. Así, el servicio de inspección deontológica creado por la propia industria tiene capacidad para investigar casos a partir de 'indicios racionales de infracción proporcionados o no por un tercero'. Ya se sabe que en lo que va de año el jurado de Autocontrol de la Publicidad ha tramitado 23 asuntos, el 75% relacionado con los contenidos de la publicidad y el resto, con cuestiones referidas a las atenciones que se dispensan a los asistentes a las reuniones científicas.
Hasta 19 euros
Con frecuencia las compañías farmacéuticas son acusadas de tratar con guantes de seda a los profesionales médicos relacionados con la prescripción de medicamentos. El nuevo código ético no deja cabos sueltos. Fija en 19 euros el precio máximo de los regalos. A partir de esa cantidad los objetos se consideran 'de valor' y quedan prohibidos. La norma aclara que estas cifras serán actualizadas 'atendiendo a criterios de mercado'. De hecho, Urzay indicó que se intentaría elevar los 19 euros a 30, porque les parecía 'una cantidad razonable'.
Según el código, los gastos de desplazamiento y estancia de los profesionales que asume la compañía no pueden exceder de lo que los propios facultativos estarían dispuestos a pagar. Además se recomienda evitar la asistencia de acompañantes a reuniones científicas. Estos eventos deben organizarse en sitios que no sean meramente turísticos y su contenido científico debe representar el 60% de cada jornada.
Para saber si se cumple o no con el código, Urzay recomienda a las empresas esta pregunta como prueba del algodón: ¿les importaría hacer públicas todas y cada una de las actividades de un congreso?
Control. Nuevas pautas de comportamiento
Eventos en sitios meramente turísticos. Se establece que el interés científico debe primar en las reuniones y congresos, nunca las actividades sociales o culturales.Pagos en efectivo a los profesionales. Se recomienda evitar la entrega de dinero en concepto de bolsa de viaje, aunque se permite el pago de 'honorarios razonables', así como el reembolso de los gastos personales a los ponentes de las reuniones científicas.Asistencia de acompañantes. Se reduce al mínimo la presencia de acompañantes en los eventos científicos. Obsequios de valor. Se permiten regalos de un precio máximo de 19 euros, así como utensilios de oficina o de uso profesional de escaso valor. El material tecnológico, como ordenadores y agendas electrónicas, debe entregarse al centro sanitario y no al profesional a título personal.Eventos de médicos españoles en el extranjero. No se podrán organizar eventos nacionales fuera de España.