Valencia, en vela, a la espera de la Copa América
Cuando falten 10 minutos para las 12 del mediodía de hoy se dará a conocer en Ginebra (Suiza) el nombre de la ciudad que acogerá la próxima edición de la Copa América de vela que se celebrará en 2007. El hecho de que el pasado desafío lo ganara la embarcación suiza Alinghi ante Nueva Zelanda obligó a los nuevos propietarios del trofeo y responsables, por tanto, de organizar la futura edición en su país, la Société Nautique de Genève, a buscar una alternativa por la sencilla razón de que Suiza no tiene mar.
Un total de 65 ciudades de Italia, Portugal, Francia y España presentaron su candidatura para ser la sede de esta competición que en 2007 celebrará su trigésima segunda edición. Sólo Valencia ha llegado a la final de entre todas las ciudades españolas que presentaron candidatura y se enfrenta a Nápoles, Marsella y Lisboa. Son Valencia y la capital portuguesa las que suenan con más fuerza.
El interés levantado por acoger este regreso del desafío a aguas europeas no es baladí. Según estudios realizados durante la celebración de la Copa América este año en Oakland (Nueva Zelanda) se calculó que el impacto económico en la zona durante los cuatro años en que se concentra la competición ascendía a 1.500 millones de euros y se generaba 10.800 puestos de trabajo directos. Y es que no se trata de una regata cualquiera. El rival del equipo suizo será en 2007 la embarcación que gane la Copa Louis Vuitton, que también se celebrará en el mismo campo de regatas un tiempo antes. Según explicó ayer el comodoro del Real Club Náutico de Valencia, José Marzal, en caso de que la ciudad sea la sede definitiva, ya hay peticiones para que en menos de un año los primeros barcos empiecen a llegar. En esta fase previa, hay inscritos ya 16 equipos y es posible que se llegue a los 20. Cada equipo suele llegar con dos barcos para hacer entrenamientos y en ellos se van probando las distintas innovaciones hasta llegar al buque perfecto que saldrá a las regatas que suelen durar seis meses en la fase de selección.
Esto implica tripulaciones que alcanzan las 100 personas y que van a pasar muchos meses en la ciudad. Y todo con un nivel adquisitivo muy elevado. Pero no sólo son los equipos (y sus familias, niños incluidos que suelen necesitar colegios). Los entrenamientos, y especialmente las regatas, son seguidos por una multitud de aficionados que suelen atracar sus más de 4.000 yates en la zona, según explica Marzal. El dinero se huele en el aire en esta competición.
Valencia ha apostado fuerte por su candidatura, conocedora de que la publicidad que le otorgaría esta competición es impagable. El Ayuntamiento de Valencia ha recabado el apoyo de los Gobiernos central y autonómico y ha prometido inversiones en el puerto para hacer un nuevo canal de acceso y muelles especiales. Todo siempre que se consiga la sede. La última palabra la tiene el magnate suizo de origen italiano, Ernesto Bertarelli, considerado el hombre más rico de Suiza, con una fortuna valorada en 9.000 millones de euros y el sexagésimo cuarto del mundo. æpermil;l ganó a Nueva Zelanda este año y trajo a Europa la competición, donde no se disputaba desde que nació, en 1871.
El dinero brilla en esta competición, que mueve a miles de personas y que supone un impacto económico para la ciudad que se calcula en 1.500 millones