La mejora de 'ratings', responsable del buen comportamiento de la renta fija privada
La trayectoria descendente en los rendimientos de la deuda pública se terminó en el mes de junio. Desde entonces, los precios sufrieron una fuerte caída inicial, y después han estado oscilando pero sin llegar a recuperar ni de lejos los niveles máximos.
La renta fija privada, los bonos high yield y la renta fija de países emergentes han seguido un camino parecido pero en el que las caídas de precios han sido menos importantes, de modo que, en el proceso descrito, los diferenciales que pagan todos ellos por encima de la deuda pública norteamericana se han ido estrechando a niveles no vistos desde hacía mucho tiempo. Se podría decir que, en la caída de precios, la deuda pública se ha comportado peor que la renta fija privada con rating y ésta peor que la renta privada sin rating, o con él por debajo de BBB (que es a la que se llama high yield o de elevada rentabilidad) y que la deuda de Gobiernos y empresas de países emergentes.
Para los fondos que invierten en este tipo de deuda (renta fija privada y high yield) las rentabilidades medias acumuladas durante los últimos tres años, y medidas en euros, quedan reflejadas en el gráfico adjunto. Así, frente a un promedio de rentabilidad para la renta fija en euros del 11,46% acumulado en tres años, la renta fija privada ha proporcionado una rentabilidad media de 17,58%. Los bonos high yield en euros todavía acumulan una rentabilidad negativa para ese plazo: -0,33%.
En realidad, es ese grupo de fondos el que tiene peor rentabilidad si el cálculo de los rentabilidades medias se hiciese en la moneda local. Al hacerlo así, es decir, al medir en dólares, por ejemplo, la rentabilidad de los fondos cuyos activos están denominados en dólares, la renta fija privada en dólares muestra una rentabilidad media de 26,55%, muy por encima de todas las demás. Los high yield en la misma moneda proporcionan un 15,72% y los que invierten genéricamente en renta fija en dólares un 16,38%. En esterlinas, la ordenación por rentabilidades sigue el mismo esquema. En los últimos meses el comportamiento de estos fondos ha sido en cambio muy distinto, según lo ya comentado.
Todo esto puede sonar un poco extraño en un momento en el que el rating de Ford acaba de ser rebajado. Sin embargo, en los últimos años, durante los que muchas empresas se han visto sometidas a fuertes reajustes, los ratings han mejorado sensiblemente. Parte de esa mejora se ha debido también a la ocasión, que muchas empresas no han desperdiciado, de sustituir su antigua financiación por otra más barata gracias a lo bajos que están en estos momentos los tipos de interés.
En cambio parece estar empeorando el rating de la deuda pública, debido al crecimiento de los déficit presupuestarios, y buena muestra de ello es la pelea sorda que se supone que están librando el Gobierno alemán y alguna de la agencias de rating a propósito de la calificación de sus emisiones de deuda.