EMI se desploma en bolsa por la posible venta de Warner Music a Bronfman
La decisión no es oficial, pero fuentes consultadas por diferentes medios de comunicación aseguran que el acuerdo está tomado. Time Warner prefiere hacer caja con su filial Warner Music y se inclina por venderla a un grupo inversor en vez de fusionarla con su competidora EMI. Así lo aseguran la agencia Reuters y el diario Financial Times, que incluso adelantan que el anuncio oficial podría hacerse este mismo domingo.
La fusión con EMI se daba hasta esta misma semana por hecha, por más que hubiera aspectos del acuerdo que fuera necesario limar. En un contexto de crisis del sector, las cinco grandes discográficas veían la concentración entre ellas como una garantía de futuro. Así, Sony y BMG anunciaron hace dos semanas su integración, casi al tiempo que la mayor del sector, Universal, compraba Dreamworks Records (una compañía menor, pero liderada por tres grandes nombres del negocio del espectáculo en EE UU: Steven Spielberg, David Geffen y Jeffrey Katzemberg).
El maridaje entre EMI y Warner Music es un viejo proyecto. Ya en 2001 la Comisión Europea frustró un intento de fusión entre ellas. Ahora, con el negro horizonte que se abre ante el sector discográfico, la compañía británica quiso intentarlo de nuevo, con una oferta más conservadora y, sobre todo, más realista: la creación de un nuevo grupo musical liderado por los propietarios de EMI, pero en el que Time Warner conservaría una participación sustanciosa. La puja asciende a 1.000 millones de dólares para lograr un acuerdo con claro sentido estratégico, que sólo se extiende al negocio discográfico de Warner Music y deja fuera otras áreas como la editorial.
Pero el pasado martes las tornas se volvieron en contra de la británica cuando, de forma totalmente inesperada, dos magnates de los medios presentaron a Time Warner una suculenta oferta de 2.500 millones por hacerse con el control de la filial de música, con la editorial Warner Chapell incluida. La oferta no es de unos recién llegados: se trata del antiguo propietario de Universal, Edgar Bronfman Jr., y el magnate de los programas infantiles Haim Saban. Según nuevos detalles que han trascendido hoy, el grupo estadounidense podría conservar el 20% de las acciones de la empresa y se le da la opción de participar en futuras fusiones del grupo inversor con otras compañías discográficas.
Esta opción ofrece dos ventajas indudables para Time Warner. Por un lado, le reporta una mayor liquidez, de manera que puede reducir su abultada deuda de 24.000 millones de dólares, tal y como le solicitan sus accionistas. Por otro, las celosas autoridades de la competencia posiblemente pongan pocas pegas a una operación con un grupo inversor en lugar de con una gran compañía de la competencia.
Al conocerse estas informaciones, los títulos de EMI se han desplomado en el entorno del 5% en la Bolsa de Londres.